Como todos los años, el jurado de la Berlinale ofreció ayer una nueva sorpresa a la hora de premiar a la mejor película del festival, pero la decisión de otorgar el Oso de Oro a la cinta brasileña ‘Tropa de elite’ no defraudó a nadie. Cuando Ciosta Gavras anunció el nombre, el público que abarrotaba el Berlinale Palast ofreció una espontánea y merecida ovación.
‘Tropa de elite’, la cinta del director Jose Padilha, es un furioso y agobiante relato sobre las actividades de un grupo de elite, la BOFE, y la lacerante corrupción que reina en el seno de la Policía brasileña. La cinta llegó a Berlín precedida del éxito en Brasil y de una amarga controversia a causa de la brutalidad que ejercen los miembros del grupo, que no vacilan en torturar a mujeres y jóvenes para combatir la delincuencia en las favelas.
La cinta tiene un ritmo que agobia, tanto por la violencia que muestra como por la vertiginosa secuencia de sus imágenes. Basada en hechos reales, está ambientada en 1997, en vísperas de una nueva visita del Papa a Río de Janeiro, y cuenta los preparativos de una ‘operación limpieza’ en una favela que visitará el pontífice.
Pero la favorita para ganar el oso de Oro era ‘Pozos de ambición’, la gran epopeya dirigida por Paul Thomas Anderson y que cuenta con una actuación magistral de Daniel Ley-Lewis. Para evitar una andanada de críticas negativas, el jurado tuvo la sabiduría de premiar a Anderson como el mejor director, mientras que el autor de la música, Johnny Greenwood, fue también galardonado por su «extraordinario aporte artístico».
La cárcel de Abu Ghraib
El Gran Premio del Jurado recayó en ‘Standard Operating Procedure’, el primer documental a competición en la historia del festival. Un galardón merecido que premia el trabajo de Errol Morris, que revive en la pantalla uno de los capítulos más trágicos y vergonzosos en la larga y polémica historia militar de Estados Unidos: el que muestra a soldados americanos humillando a los presos en la cárcel de Abu Ghraib.
Pero el gran triunfador de la Berlinale fue el realizador mexicano Fernando Eimbcke, cuya película ‘Lake Tahoe’ recibió el premio de la crítica y el Alfred Bauer, en memoria del fundador del festival. La cinta, que relata la historia de un joven que ha perdido a su padre y deambula por las calles casi desiertas de una pequeña ciudad, fue una de las sorpresas agradables del festival.
La decisión del jurado de premiar a la británica Sally Hawkins y al iraní Reza Reza Naji como los mejores actores del festival fue bien recibida. Sally Hawinks dio vida a un personaje inolvidable en la película ‘Happy-Go-Lucky’, de Mike Leigh, al recrear a Poppy, una joven que ama la vida y no tiene vergüenza en admitir que es completamente feliz. Por su parte, el actor iraní recrea con autenticidad a un trabajador de una granja avícola que pierde el trabajo por culpa de un avestruz.
El Oso de plata al mejor guión recayó en la cinta china ‘In love we Trust’, de Wang Xiao Shuai, una tierna historia que relata el drama de una pareja separada obligada a procrear una nueva criatura para salvar la vida de la hija común, enferma de leucemia.