Nos pasamos meses sin que lleguen a la cartelera producciones de calidad, alguna de vez en cuando asoma en nuestras salas y nos ayuda a mantener vivo nuestro amor al séptimo arte. Y, dando la importancia debida a la gran ceremonia anual de entrega de los Oscars, en estos últimos meses nos llegan, en avalancha, todos las películas que deseamos ver durante todo el año. «En el valle de Elah» es una de ellas. Una de esas películas que se ven pocas veces, con un Tommy Lee Jones espléndido y narrada con la maestría de Paul Haggis.
Hay años en que he deseado que dejaran desierto alguno de los premios que otorga Hollywood, o simplemente que acabaran con un suspense ficticio, ya que se deducen de antemano los ganadores al coincidir alguna película excepcional en alguna categoría vacía de pretendientes válidos. Pero este año hay verdaderas luchas de titanes en varias categorías; que «En el valle de Elah» quede fuera de la lucha por la mejor película demuestra de lo que hablo, que Tommy Lee Jones es un serio aspirante a mejor actor, en un año de locos, donde la lucha por esta estatuilla está más reñida que nunca corrobora que no sabemos si este largometraje ganará algun Oscar, pero lo que si es cierto es que le ha tocado un año dificil.
Volviendo a la cinta en cuestión, nos cuenta como al regreso de la guerra de Irak, el soldado Deerfield desaparece, su padre (T.L.Jones), ex-militar, al no recibir noticias de su hijo empieza a indagar y con la ayuda de una inspectora de policía (Charlize Theron) descubre que detrás de la ausencia hay algo más que una deserción.
En muchas ocasiones se han llevado al celuloide las consecuencias de los conflictos bélicos, pero pocas donde con tan poca hemoglobina derramada se haya plasmado tanto sufrimiento y se nos haya entregado de manera tan intrínseca el error de cada guerra, se llame como se llame.
Como apuntaba antes Tommy está casi perfecto, y ese caasi es lo que le falta para garantizarse el Oscar, aún así peleará hasta el final en una interpretación que le lleva a la élite. Charlize Theron cumplidora y camaleónica como siempre y Susan Sarandon en su pequeño papel de sufridora madre y mujer de militares, lo hace bien.
El director Paul Haggis sabe lo que se hace y con las herramientas adecuadas encarrila la historia hacia los cauces más favorables.
Bien narrada, con un plantel de lujo y un guión elevado a la máxima expresión, la misiva que se nos entrega nos dice del error de sacrificar a nuestros jóvenes, nunca lo suficientemente preparados, en estos conflictos que no llevan a ningún lado sino a embrutecer a una sociedad que no lo necesita.
7,5 sobre 10
Rafael Calderón Luna