Aburrida trama donde pasada la primera media hora se acaba la magia y la esperanza, donde solo nos queda una Saoirse Ronan que se encuentra en plena cima de la madurez interpretativa y alumbra como el sol las frías actuaciones de sus compañeros de reparto.
Una madre buscavidas, (C. Z. Jones), que consigue sobrevivir en compañia de su hija, (S. Ronan), a base de sus actuaciones como medium en las que utilizando el engaño y el hurto, confunden al público consiguiendo que crean en sus poderes adivinatorios. Mientras Houidini, (G. Pierce), deslumbra al mundo con sus actuaciones en las que la magia es un disfraz de marketing bajo el que se oculta un experto tramposo. Aprovechando la visita del famoso mago, madre e hija se proponen engañar al rey del engaño utilizando su obsesión con su fallecida madre y su búsqueda de una verdadera medium.
Estoy convencido de que bajo esta breve sinopsis se esconde un buen guión vehículo de una gran historia. En este caso no es que el guión sea malo, ni la historia especialmente aburrida, simplemente no se consigue combinar con el acierto adecuado.
Los actores no sacan brillo a sus papeles, exceptuando a la mencionada S. Ronan, y la historia se desinfla, llevándonos a pensar si merecía la pena un largometraje.
No nos creemos a este Houdini, un personaje díscolo e impredecible que el actor no hace creible y que seguramente daría para mucho más en otras manos más hábiles.
Una película que alcanza su climax a la media hora (como dije anteriormente), y que pasado ese momento nos deja esperando algo que nos sorprenda en la caida narrativa y nos damos cuenta demasiado tarde, de que ya no queda nada con que sorprender, de que la magia no existe que solo es un efecto del espectáculo y de que solo en el cine se puede filmar una película con mago sin nada de magia. Imperdonable.
5,5 sobre 10.
Rafael Calderón Luna.