El cine español de vez en cuando pesca en el río de la originalidad buscando ideas nuevas en un mundo, como es el cinematográfico, donde creemos que todo está visto. En casos como ‘Los Cronocrímenes’ y ‘Rec’ vemos películas originales que sientan cátedra y son revisitadas a posteriori en USA para algarabía y beneficio de sus creadores.
En el caso de ‘El Rey de la montaña’ , la idea es original pero el resultado no llegará más allá de nuestras fronteras por culpa de la inoperancia en la dirección de actores y un guión poco asumible y sin fuerza.
Y, en teoría, la trama es atractiva, un hombre (Leonardo Sbaraglia), es desposeido de su cartera en una gasolinera después de un encuentro sexual con una desconocida (María Valverde).
Al ir a su encuentro en su vehículo se adentra en carreteras desconocidas en mitad del bosque, dónde es disparado y acosado por unos desconocidos sin entender las razones o motivos de semejante comportamiento, convirtiendo la aventura en una cacería dónde lo único que queda es no dejar de huir.
El argumento es caprichoso y no falto de posibilidades, pero la nula progresión, tanto dramática como romántica, consigue provocar indiferencia.
Los diálogos mal elaborados restan credibilidad y fluidez, con unas interpretaciones dónde solo la profesionalidad de Sbaraglia es admisible, Valverde está sosa, sin garbo, agarrotada, sin dejar claro el motivo de su inusitada falta de destreza interpretativa.
En el tramo final de la película, y como es previsible, nada se soluciona y desaprovechando el giro en la historia, todo se resuelve sin la chispa que definitivamente permanece ausente durante el total del largometraje.
Película que seguramente cambiando de formato, hubiera sido un gran cortometraje del que hablariamos durante mucho tiempo, como largo no se justifica.
5,5 sobre 10.
Rafael Calderón Luna.