Quentin Tarantino, el ‘enfant terrible’ del cine americano y uno de los pilares sagrados del festival de Cannes, desembarcó con su reparto internacional, capitaneado por Brad Pitt, para presentar en el certamen ‘Inglorious Basterds’, su desenfrenada e irregular aproximación al cine bélico. El director desempolva una vez más su amplio abanico de influencias, desde el cine clásico a las serie Z, para la que es su película más larga, 148 minutos y la más internacional, aunque fue recibida por la prensa con menos entusiasmo del esperado.
‘Inglorious Basterds’ es, en realidad, un remake de ‘Quel maledetto treno blindato’, de Enzo Castellari, y de aquélla retoma a un atolondrado comando americano que llega a la Francia ocupada por Hitler durante la Segunda Guerra Mundial con la intención de acabar con los nazis.
A pesar de contar con Brad Pitt, Michael Fassbender, que concurre también en Cannes con ‘Fish Tank’, de Andrea Arnold, Diane Kruger y Mike Mayers, todos ellos presentes en Cannes, el actor alemán Christoph Waltz, que interpreta a un coronel nazi, es el que roba el protagonismo de la película y acapara los mejores diálogos, por lo que fue aplaudido en Cannes. Una de las favoritas pierde fuelle de cara al galardón máximo, ¿o, no?…