El esqueleto metálico original del gorila King Kong, utilizado en las escenas finales de la famosa película homónima de 1933, se subastó hoy en Christie´s de Londres por 134.224 euros. Aunque mide sólo 55,88 centímetros de altura, se utilizó para mostrar al simio gigante que aterrorizaba Nueva York y escalaba el Empire State Building en algunas de las escenas más memorables de aquel filme. El empresario y documentalista Merian C.Cooper encargó la construcción de un modelo para el gorila, que se diseñó en el departamento técnico de efectos especiales de los estudios RKO, de Hollywood, que dirigía Willis O´Brian.
Una vez fabricado el armazón en el taller de miniaturas, el ayudante de O´Brian, el escultor Marcel Delgado, construyó el cuerpo del gorila a base de esponjas y algodón, a los que añadió músculos de goma que pudiesen moverse gracias a las articulaciones de extremidades y cabeza. El cráneo, de aluminio, se moldeó a partir de un modelo de madera y se juntó al esqueleto.