Arrancando del western ‘True Grit’ de 1969, protagonizado por el inolvidable John Wayne, los Hermanos Coen nos traen su particular visión de la historia de una chica de catorce años, Mattie Ross, firmemente decidida a hacer justicia y vengar el asesinato de su padre a manos de Tom Chaney; para ello contrata los servicios del veterano sheriff Rooster Cogburn (Jeff Bridges), un borracho de gatillo fácil. Ambos perseguirán al criminal hasta territorio indio e intentarán atraparlo antes de que lo haga LaBoeuf, un ranger de Texas, cuya misión es llevarlo consigo para que sea juzgado por el asesinato de otro hombre.
Con esta premisa los genios de Minnesota vuelven a demostrar su valía en la dirección y su infinita capacidad para sacar el máximo partido a los recursos disponibles, que en esta ocasión no son pocos. Su manejo de la cámara y de los tiempos son el pilar principal en el que se sustentan el resto de los ingredientes que hacen de este exquisito remake una verdadera maravilla al alcance de muy pocos directores del panorama cinematográfico actual.
Un reparto acertado, capaz de dar la talla en todo momento. Con un Jeff Bridges inmenso, vaya resurrección de actor en los últimos años, un siempre cumplidor Matt Damon, el omnipresente Josh Brolin y la protagonista femenina, la joven y sorprendente actriz Hailee Steinfeld; suponen el empujón definitivo para dotar al acertado guión de credibilidad, de eficacia y sobretodo de ritmo narrativo. Convirtiendo la experiencia en una de las más satisfactorias del año.
El western, un género denostado en los últimos tiempos, recibe una inyección de vitalidad de la mano de estos visionarios del cine, capaces de sorprender en cada escena, en cada fotograma; convirtiendo lo clásico en eterno, lo eterno en divino, y lo divino en un placer de lo más mundano.
Rafael Calderón Luna. 7,7 sobre 10.
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