Hoy os traemos la crítica de una película francesa que pudimos disfrutar, gracias a la invitación de Sensacine y por gentileza de Alta Films en un genial pase especial. Se titula “La guerra de los botones”(La nouvelle Guerre des Boutons) y está dirigida por Christophe Barratier (le recordareis como director de “Los chicos del coro”).
Es una nueva adaptación de la versión que ya en los 60 llevó a la pantalla Yves Robert. Y se basa en la novela popular y autobiográfica de Louis Pergaud de 1912. La cinta la protagonizan Kad Merad, Laetitia Casta, Guillaume Canet y GérarJugnot.
El relato se sitúa en la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, (1944). Bonitas imágenes rurales con bellos paisajes donde se desarrolla la historia y que nos traslada como planteamiento central, a la infancia, a vivir la sencillez de esos años que representan el momento de la vida donde los grandes problemas humanos se pueden transformar magicamente mediante el poder del juego.
Pero aquí tal juego no es más que un crudo enfrentamiento, una representación que vista por nuestra mirada adulta, nos deja identificar conceptos sociales tales como: rivalidad, valores, normas…etc.
Hay dos grupos de “chiquillos”, cada uno de una aldea: vecinos de Longeverne y de Velrans cuyas generaciones compiten y que saldan sus cuentas mediante continuas refriegas. Pero ahora el líder de Longeverne ha inventado una nueva fórmula para alzarse vencedores en las peleas: La victoria llega arrebatando al odiado enemigo todos los botones de sus vestimentas, para que al llegar a casa, semidesnudos, los derrotados sean castigados y reñidos por sus padres.
Así, lo que vemos realmente es una “mini contienda” que se libra en un pequeño rincón del campo francés con niños en continuo pie de guerra. Al margen de estas disputas Violette, una niña judía, conseguirá llegar al corazón del rebelde Lebrac y será precisamente porque no se descubra el verdadero origen de la muchacha, por lo que los cabecillas de ambos bandos encontrarán un motivo de alianza.
Según palabras del propio director: «Los niños de hoy en día están conviviendo con imágenes de guerras y de violencia que les han dejado insensibilizados. La guerra de mi película no es tal, es un juego de rivalidad que acaba llevando a sus protagonistas a algo muy bonito».
En mi opinión, la mayor parte del tono de la película es entrañable, pero me duele que los chicos se enfrenten con tal odio, simplemente porque no quieren verse ni compartir los mismos terrenos. La humillación que sufre el vencido me parece violenta, obviamente no es tan agresiva a la vista como lo seria con imágenes de sangre pero me parece muy dura, como por ejemplo la relación y enfrentamiento de Lebrac y su padre.
Desde luego queda claro que el universo infantil puede ser al mismo tiempo afable y cruel. A mi me queda un sabor agridulce comprobando un símil que no debería existir entre el mundo de los niños y el mundo adulto.
Si que me gusta la lucha por la defensa de la identidad y de la dignidad y la capacidad de solidaridad que demuestran no perder ni unos, ni otros.Y por encima de todo: el anhelo de libertad y de poder vivir con espontaneidad y sin miedo. Creo que merece un reconocimiento especial ser capaz de dirigir a tantos niños y conseguir que las interpretaciones sean todas satisfactorias.
Personalmente puedo recomendarla pero no para todos los públicos, pues creo que tiene mayor carga dramática que cómica y no me parece apta para menores.
Una información interesante: La Tribu 2.0 que es un grupo internacional de docentes, que llevan a cabo cursos trabajando con productoras cinematográficas para acercar el mundo del cine al mundo educativo, y que para ello organizan preestrenos, han elegido entre otras a esta película. Con tal iniciativa se persigue la idea de que se reflexione sobre la responsabilidad de todos en la generación de violencia en los niños.
Ahora llega lo bueno, “el cotilleo adicional”, o como estupendamente han bautizado “un pique inédito” con el que me he quedado alucinada! Buscando datos en Internet sobre la película que pudiesen ayudarme a completar mi crítica, me encuentro con una noticia que como anécdota interesante y curiosa quiero contaros por si la desconocéis. Os cuento: no sé si os habréis enterado de la verdadera “guerra francesa” que se vivió en la cartelera de los cines franceses cuando este pasado Septiembre coincidieron en sus salas: “La nouvelle Guerre des boutons” de Christophe Barratier (la que hemos conocido en el preestreno de Madrid) y “La Guerre des boutons” de Yann Samuell (director de Quiereme si te atreves) ; Si, si…prácticamente mismo título y misma historia en esencia!!, apenas modificadas por la firma o huella personal que aporta cada director. Puede que haya sido “casualidad” pero también se habla de una bestial rivalidad existente entre TF1 y Canal+ que en cada caso invirtieron más de 10 mill. de presupuesto el año pasado en sendos proyectos cuando quedaron públicos los derechos de autor de la novela que hasta entonces había tenido en su poder la viuda de L.Pergaud.
Rivalidad que al parecer en la realidad no ha tenido un claro ganador porque las cifras en taquilla fueron muy igualadas y ha quedado un “éxito dividido”.
Y como guinda del pastel, la mismísima “Guerra de los botones” de Yves Robert del 62 también se ha reestrenado con una copia restaurada.!!
Ojo..!! y no olvidarse de que en el 1936, otro francés, en este caso Jacques Daroy, ya dirigió “La guerre des gosses”!!
Solo me queda añadir: ¿Qué les pasa a los franceses con esa extraña obsesión por los botones? No sé vosotros, pero yo me quedo muerta… 😉
Crítica escrita por Laura Martínez.
Joee… que bien escribe Laura… que pedazo de fichaje chaval
Es una verdadera suerte poder contar con ella, aunque sea solo un poquito.