Un planeta llamado Melancolía se acerca a la Tierra y se cree que se producirá un choque entre los dos provocando el fin de la humanidad; dos hermanas harán frente a la catástrofe intentando sobrevivir. La trama nos adentra en un mundo donde la falsedad de la sociedad se hace patente y de como la desesperación y el miedo a una muerte próxima condiciona a los personajes en todas sus acciones.
La película dura casi dos horas y media y se divide en tres partes:
Comienza con un prólogo de casi diez minutos, cinematográficamente hablando, es la mejor parte de todo el film. El director nos ofrece una serie de planos rodados en cámara muy, muy lenta llenos de una gran belleza romántica. También nos presenta al planeta Melancolía y su trayectoria en unos planos de una grandeza artística inmejorable.
Después la película se divide en dos partes:
La primera nos habla de Justine (Kirsten Dust) y la celebración de su boda y la segunda de Claire, hermana de Justine (Charlotte Gainsbourg).Nos situamos poco después de la boda, Justine es invitada a casa de su hermana y de su marido John (Kiefer Sutherland), mientras se ha avistado el planeta Melancolía y amenaza con impactar contra la Tierra.
El conjunto de estas dos partes conforman ‘Melancolía’; con una primera parte en la que se nos presentan los personajes, llenos de carga simbólica, y de sus relaciones, y una segunda, que, aunque se llega a hacer soporífera y pesada debido a una trama excesivamente larga, es la que desencadena la historia.
En resumen, película espesa y compleja pero bien hecha, digna de Lars von Trier, que logra plasmar con maestría una profunda e irónica critica a la sociedad occidental y crea una simbiosis entre la fatalidad que se puede originar por el choque de planetas y la catástrofe social y personal producida por la celebración de una boda (preparativos, decoración, baile excesos…etc.)
Gran reparto actoral; a destacar el trabajo de Kirsten Dust que sorprende con una interpretación a la que no nos tiene acostumbrados, bravo por ella.