‘Intocable’ fue la película encargada de clausurar el pasado Festival de cine de San Sebastián, y con gran acogida del público. En su país ya es la película francesa más vista de la historia con más de 19 millones de espectadores y otros tantos en el resto de países europeos que se ha estrenado. ¿Correrá la misma suerte a partir de hoy en España?. Espero que así sea, es altamente recomendable.
Phillipe un hombre adinerado pero postrado en un silla de ruedas después de un accidente, necesita un asistente para que le ayude en el día a día. Encontrará casi quien dice por casualidad a Driss, alguien recién salido de la cárcel, que no quiere el trabajo sólo presentar unos papeles para cobrar el paro. Pero finalmente puede que el destino ya que le ha puesto en su camino le deje para que se ayuden mutuamente, y que ambos puedan recuperar la ilusión perdida por la vida, cada uno por distintos motivos.
Para Eric Toledano y Olivier Nakache ya es su cuarta película juntos, no es nada nuevo para ellos trabajar juntos y parece que la unión funciona a las mil maravillas. El personaje de Phillipe está llevado a cabo por François Cluzet y el papel de Driss lo interpreta Omar Sy quien se llevó el premio a Mejor Actor en los últimos Precios César. Interpretación magistral de ambos actores.
Estamos ante una Comedia francesa basada en hechos reales, sobre dos hombres que posiblemente nunca se hubieran conocido, debido a que vienen de mundos muy distintos: un aristócrata herido en un accidente y un joven de los suburbios de París quien acaba siendo su asistente y le devuelve las ganas de vivir. Acaban compartiendo gustos musicales, distintas formas de comer y de vestir. Todo ello aliñado con unos toques magistrales de humor que ambos protagonistas nos regalan en esta película.
El enfermo, con una psicología impresionante sabe ver desde el primer momento quien es la persona que le puede ayudar a soportar su día a día. Y el enfermero ó asistente por llamarle de alguna manera, le cala a la primera y no le muestra ni pizca de compasión y le lleva a su terreno, a la alegría, a la vida, a no perder las ganas de disfrutar de lo bueno de este mundo, de la amistad, del amor, sin limitaciones y sin complejos.
Me ha encantado como se muestran las dos caras de una enfermedad, la persona enferma y la personas que le ayudan, son tan fundamentales para una vida llevadera, que la película muestra como no valen sólo con cuidados físicos sino que la forma de tratar anímicamente a esa persona es mucho más importante. Fuera la compasión sobre la enfermedad, es lo que menos necesita, el personaje lo quiere y además lo agradece. Es la forma de poder llevar una vida feliz y digna dentro de cualquier tipo de limitación, en el caso de la película física.
Fuera de esos tabús que tenemos en esta sociedad, tan materialista, que piensa que por ser rico le da la felicidad a alguien, descubrimos como una persona humilde sin estudios y una cultura curtida en la calle, por destinos de la vida, le da ese aporte moral y humano para llevar su enfermedad como él quiere con una gran dignidad y diversión, eso sí la que tiene a su alcance, el protagonista sabe perfectamente sus limitaciones, pero no por ello va a dejar de disfrutar de lo mucho o poco que pueda día a día. Encontrando la forma de tener placer hasta en sus circunstancias, no os podéis perder esa escena, os vais a reír, es tan simple pero al mismo tiempo tan grande que os conmoverá con que poco puede disfrutar una persona. Y como no el amor también está en esta comedia no podía faltar, para inyectarle un toque femenino.
Y como si de una envoltorio de regalo se tratase, y además un factor muy importante para la película, tenemos la música de Ludovico Einaudi como banda sonora, impresionante, da el toque mágico y sonoro. Da mucho vigor a las escenas, cuando lo necesitan, aunque parezca que un piano no lo puede dar si lo hace, te puede dar calma pero al mismo tiempo revolucionar. La película tiene ambos extremos: la tranquilidad y casi llegar a la extenuación o puede que al éxtasis, ambos puntos al unirse dan la mezcla necesaria para conseguir una sonrisa imprescindible para saber llevar una enfermedad.
También resaltamos los polos opuestos del resto de música que se oye en la película, la que le gusta a Phillipe: clásica, y a Driss: hip hop, música movidita, y como se suele decir lo opuesto se atrae y así pasa con los dos protagonistas, totalmente distintos pero complementarios y aunque no lo crean se necesitan mutuamente. Y he de decir que la música ayuda mucho en el ritmo de la película, a que sea constante y que no decaiga en ningún momento.
La semana pasada os dejaba la crítica De cintura para arriba, comedia italiana que trataba también la enfermedad de una persona en silla de ruedas, pero sintiéndolo mucho ni punto de comparación con Intocable, donde va a parar. Esta trata mucho mejor el tema, profundiza mucho más en los sentimientos, en lo que conlleva vivir diariamente con una enfermedad y como enfrentarse a ella, tanto desde el punto personal como visto desde fuera, de la gente que convive diariamente con la persona. Mucho más natural y no tan forzado, y estamos hablando de dos películas que tratan temas reales.