jueves , diciembre 12 2024

Criticando a los clásicos. Recordando a ‘King Kong’, pero el de 1933.

Puede que lo que más impresione de la película es la compenetración de la música con las imágenes, sobre todo debido a la falta del sonido ambiente. Resalta muy bien las secuencias de tensión y agobio, sin olvidarse por supuesto de lo bien logrado que está toda la parte de animación, dada la época en la cual está grabada la cinta, porque estamos hablando de un film rodado en 1933. Pero por mi parte no sería lo que más resaltase si no que hay otros aspectos de trasfondo del guión que me interesan más.

King Kong.

Contrapunto total de fuerza, siempre haciendo símiles entre el poder del animal irracional y del racional, que se refleja muy bien en las peleas que tienen los irracionales, pero sobre todo se destaca en la fuerza del género animal en comparación con la mujer mostrándola débil e indefensa en todo el desarrollo de la trama y por lo tanto manejable. Tanto como nos muestran las imágenes de ella suspendida en la mano de King Kong cual marioneta en el aire encontrándose presa y sin ver un atisbo de liberación, esa misma que tampoco tiene en su vida cotidiana porque al fin y al cabo se encuentra dependiendo de todos aquellos que dicen querer ayudarla.

El amor va surgiendo poco a poco en esa persona ruda, y que por sus contestaciones y actuaciones no se esperaría de él, pero como siempre las apariencias engañan, y se le va cayendo esa capa que recubre su alma y que esconde una verdad, un sentimiento. Por mi experiencia y parecer me fiaría siempre de una persona que me va de frente aunque sea con malas palabras pues le veo venir, pero desconfiaría de aquel que me viene cual serpiente sigilosa, algo esconde seguro. ¿Le cuenta el personaje del director a la protagonista realmente donde se tiene que involucrar? Pues nada ahí lo tenéis como con un pequeño arte de engaño y sutileza se la lleva a su terreno pero sin desvelar la realidad.

King Kong, crítica.

Viéndolo con la distancia y reflexión que el tiempo nos puede dar desde la fecha de grabación de la cinta a los tiempos que corren, no sé si los autores lo pretendían pero veo una pequeña denuncia y reivindicación por el papel de la mujer en la sociedad, puede que me esté yendo de contexto de lo que trata la película pero esa diferenciación tan fuerte de la mujer con respecto al hombre con filas de mujeres pidiendo ayuda, me resulta una denuncia social de alguna manera y que se muestra de soslayo pero ahí está.

Evidente queda con la trayectoria y pasión de los dos directores Merian C. Cooper, Ernest B. Schoedsack, en las películas que han colaborado juntos, tales como Hierba y Chang además de la que nos trata, que les gusta lo excitante, peligroso, desconocido, arriesgado, el mundo animal y el natural con lo cual si lo mezclamos todo en una coctelera tenemos un poco el género que llamaríamos de aventura por aquello que nos queda por descubrir y que ellos han plasmado en esta película, reflejándose ambos dos en el papel del protagonista que hace de director en busca de una historia única y nunca contada, poniendo un poco de riesgo e insensatez en ese personaje ya que solo busca su fin pero en ningún momento mide las consecuencias hasta que ya las tiene los problemas encima. Así como meter el cine dentro del cine me parece un claro homenaje al séptimo arte, ya en aquella época, cosa que luego se ha repetido en innumerables ocasiones.

Acerca de Susana Peral

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