Partiendo de una premisa de inicio poco original, los viajes en el tiempo como eje narrativo, argumento ya visto en la saga ‘Terminator’, en la trilogía ‘Regreso al futuro’, e incluso en ‘12 Monos’, ‘LOOPER’ crea una historia con la calidad por bandera, un largometraje único, de narración compleja pero desarrollado de forma maravillosa. La resolución de cada hilo temporal resulta muy gratificante, obligando a un segundo visionado para percibir correctamente la exactitud de la trama.
En 2072 los asesinatos además de estar terminantemente prohibidos son perseguidos de manera exhaustiva y, dado los medios técnicos existentes en el futuro, solucionados en el cien por cien de los casos. Por ellos las mafias de la época utilizan otros sistemas, las víctimas son enviadas a través de una máquina del tiempo al pasado (2042), donde los Loopers, un grupo de asesinos a sueldo, se encargan de eliminarlas y deshacerse rápidamente de sus cuerpos.
El problema surge cuando Joe (Gordon-Levitt), uno de los Loopers, recibe desde el futuro un encargo muy especial: eliminarse a sí mismo (Bruce Willis).
La originalidad del concepto, la madurez en la preparación de la idea y la maestría a la hora de entrelazar las diferentes ramificaciones temporales, da lugar a una de las películas más originales e indispensables del año. Esta seriedad en el tratamiento de la historia está salpicada de pequeñas gotas de humor para alivio del espectador, que disfruta de una película de acción que trata al género como se merece, con la madurez y el respeto debido.
Tanto Joseph Gordon-Levitt, como Bruce Willis nos dejan dos interpretaciones de primer nivel, dos actores mayúsculos, uno en pleno ascenso a la primera división de la interpretación masculina y el otro en la cima de su madurez, en un papel que bien nos recuerda a su breve aparición en ‘Pulp Fiction’, una interpretación inolvidable que añadió un plus de calidad a su extensa carrera.
Pero estamos, ante todo, ante un excelso guión, que deja pocos cabos sueltos, escrito por el también director de la película Rian Johnson. Un libreto que compone el eje maestro sobre el que se sustenta y se nutre un largometraje tremendamente entretenido que se convierte, desde ya, en la sorpresa más agradable del año.
Nota: 7.