El pasado martes día 4 Cineralia tuvo el privilegio de asistir a la premiere que se realizó de “Una pistola en cada mano” de Cesc Gay en los cines Palafox de Madrid, gracias a Imposible films y Filmax. Al evento acudieron muchos famosos así como casi el reparto al completo, arropando al director en la presentación de su nueva cinta.
Cinco historias de amigos, y otros no, que tienen un encuentro fortuito, y a raíz de ello tienen unas conversaciones en las cuáles cada protagonista muestra su debilidad ante la vida, su estado de ánimo, sus carencias y en muchas de las historias lo que realmente quieren ocultar, todo contado desde un punto de vista cómico, sacando lo mejor y peor de cada uno.
Dilucidar si realmente el ser humano, y sobre todos los hombres, hablamos de lo que realmente nos preocupa en la vida, es lo que realmente pretenden de alguna manera con esta película. ¿Estamos seguros que contamos la verdad a nuestros amigos?, ¿respondemos con sinceridad ante preguntas un tanto embarazosas en un momento dado? Preguntas que nos surgen en el trayecto de la cinta y que si nos las pasamos a nuestra realidad, pudieran ser totalmente certeras. Inseguridades en todos los personajes masculinos, la verdad que el director se ha cebado en ellos, pero se podría pasar al sexo femenino sin ningún género de duda, generalizar en esta vida es muy malo.
Según palabras del propio director: “Hemos intentado crear empatía con los personajes” y yo creo que lo ha conseguido lejos que todo nos parezca lejano y totalmente ficción trata temas cotidianos que muchos seríamos incapaces de tratar con nuestros semejantes, por miedo al qué dirán.
El hombre pasando de los cuarenta años como ser patético reflejado ante situaciones de devaneos amorosos, mentales, encuentros fortuitos con el pasado, amigos de fiestas con confidencias por medio todo tratado con ironía llevando los diálogos al más puro humor del mundo de Cesc Gay, sacándonos más de una sonrisa y carcajada, indagando en lo más profundo de la mente. Dando un sentido de cotidianidad a situaciones un tanto surrealista, pero está visto que casi siempre la realidad supera la ficción con lo cual no dudo que más de uno los espectadores se sintiera identificado con alguno de los personajes.
Cesc Gay se ha rodeado de un gran elenco de actores para hacernos pasar 95 minutos de sarcasmo de la vida filtrada por una cámara. La primera pareja que tenemos es la de Leonardo Sbaraglia junto con Eduard Fernández, duelo de amigos cínicos y soberbios. Seguimos con Javier Cámara y Clara Segura extremadamente compenetrados, excelente actuación. Luis Tosar y Ricardo Darín patetismo total del hombre al descubierto, dos maestros de la escena.
Eduardo Noriega y Candela Peña, más de lo mismo un hombre arrastrado por sus bajos instintos que queda peor todavía, excelente ella con buen feeling con él. Leonor Watling y Alberto San Juan, lección de cómo actuar sin despeinarse como si estuvieran en su vida real, trasmitiendo al espectador totalmente su inestabilidad emocional. Y por último Cayetana Guillén Cuervo y Jordi Mollá que terminan la terna con una pausada pero intensa interpretación, mostrando las inseguridades y no confidencias de los hombres.
A cual mejor, lo bordan no se puede hablar mal de ninguno, la compenetración ha sido excelente y se refleja en el trabajo final. Esta forma de rodar no es nueva para el director, ya lo llevo a cabo en una de sus anteriores películas En la ciudad, contando las historias de un grupo de amigos historias individuales y que ocultan mucho. En esa ocasión también contó con las actuaciones de Leonor Watling y Eduard Fernández .