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Un Amigo para Frank. El Poder de la Memoria

Ultimamente se está convirtiendo en algo habitual encontrarnos cada fin de semana con alguna película en la cartelera de cine, ópera prima de algún director, y eso es bueno para el cine. En esta ocasión nos toca Jack Schreider con “Un amigo para Frank” y ha sido Contracorriente Films quien ha apostado por ella para traerla a nuestro país. En el Festival de Sitges  del 2012 logró el Premio del Público.

Frank (Frank Langella) es un jubilado que vive solo en una casa retirado casi del mundo exterior, y echando de menos su vida en activo. Su profesión no era una al uso que digamos si no que había sido ladrón de joyas, y todavía su mente recrea sus viejos tiempos anhelándolos.

"Un Amigo para Frank", imagen.

Pasa sus días monótonos de su casa a la biblioteca hablando simplemente con Jennifer (Susan Sarandon) la persona encargada de llevar el registro de entradas y salidas de los libros, y por conoce muy bien los gustos de Frank, son muchos años tratándose. Además tiene un hobby por llamarlo de alguna manera, la cleptomanía, robar pequeños objetos en una de las tiendas del pueblo, coleccionándolos.

La soledad le invade y los años se le van acumulando, y esto es algo que preocupa a los hijos, Hunter y Madison, y para remediarlo le llevan un robot especial para cuidar a ancianos, puesto que ellos ven que su padre cada vez tiene más pérdidas de memoria. A Frank no le hace en un principio ninguna gracia que le impongan tener con él a una máquina para que le cuide y le trate como a un niño. Pero finalmente ese recelo se perderá y tendrá con él un aliado.

Ver el deterioro de una persona no es agradable, pero verlo y reconocerlo en uno mismo mucho menos, aquí en «Un Amigo para Frank», el protagonista es consciente a su manera de sus pérdidas, de sus lapsos pero le puede más el orgullo que dar su brazo a torcer y reconocer su situación ante sus hijos.  Vive en un mundo aparte aislado de cualquier problema exterior el ya se crea los suyos, su mundo propio, algo muy dado en todas aquellas personas que no quieren ver la realidad.

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No pude por menos de alguna manera relacionar esta película con «Gran Torino», las situaciones de los protagonistas son distintas, y la de los hijos también, pero hay un poso de fondo, la preocupación por aquellos a quienes se quiere y se quedan solos, cada película lo trata de una manera, y cada final es distinto. Hay en ambos personajes principales una alta dosis de orgullo y de no querer reconocer que los años pasan y que ya no son la sombra de lo que eran.

Estos mismos temas cuando se tratan en el cine oriental se enfocan de distinta manera, siempre es el padre o madre los que mandan («Still Walking» de Hirokazu Koreeda – «Comer,  beber, amar» de Ang Lee), y quien elige con quien quiere estar y además son ellos quienes recriminan a los hijos si no quieren cuidarles; esto no ocurre de igual manera en otras culturas. Es diferente, es como si los roles cambiaran en el mundo occidental, digamos que pasada cierta edad los hijos mandan y los padres obedecen aunque en el caso que nos ocupa, y en muchos otros, discrepen de esta opinión.

Algo que engancha desde el principio con esta cinta es la tranquilidad con la que se cuenta todo, y la bondad que trasmite el personaje de Frank Langella, aunque sea un viejo gruñón, y la serenidad que emana el de Susan Sarandon; todo se comprenderá con el desenlace algo que no se espera, y que es de agradecer porque últimamente tenemos unos guiones tan manidos y trillados que nos lo dan todo mascado que ni un ápice de sorpresa tenemos;  aquí lo hay sorprende, al menos conmigo lo consiguió.

Una película llena de sentimientos y emociones contenidas en todos los personajes, no sólo en los principales puesto que incluso el robot tiene su aquel,  hablando sin hablar de la dignidad del ser humano como persona y nos dejarán lo mejor para el final para darnos una lección de vida, de respeto y de convivencia.

Hay que recalcar que el peso principal recae sobre Fank Langella, demostrando una vez más que es capaz de interpretar cualquier papel con gran maestría, pero sin desmerecer a Susan Sarandon que con sus cortas apariciones se compenetra a la perfección con su compañero de reparto y que juntos recrean unas secuencias estupendas, sin desvelar lo que el guión esconde.

Una Crítica de cine de Susana Peral.

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Acerca de Susana Peral

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2 comentarios

  1. Sin ser una obra maestra y sin pretender figurar entre lo mejor del año, es una película agradable de ver.

  2. Da gusto encontrar películas cuyo protagonismo no recaiga en un guapo treinteañero, reclamo de jovencitas sedientas de fantasías. Apostar por historias humanas con las que podemos identificarnos se hace más difícil en el cine actual, y por eso es de agradecer encontrar películas como esta.

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