Amigos, por fín ha llegado el momento que muchos hemos estado esperando durante un año entero, reencontrarnos con Bilbo Bolsón y su Comunidad de Enanos.
En la nueva entrega de El Hobbit: La Desolación de Smaug.
Recuerdo perfectamente cómo fue el 14 de Diciembre del año pasado. Solo pensaba en una cosa: en volver a mi segundo Hogar, la Tierra Media. Solo me decía a mí mismo: Voy a reencontrarme con esos inolvidables personajes que, durante la etapa más dura de mi adolescencia, se convirtieron en mis únicos amigos. Ellos sin duda me regalaron los mejores momentos que he pasado nunca leyendo un libro. Podría decir que me salvaron de ser un adolescente hormonado e insoportable como la inmensa mayoría.
En fin, el caso es que cuando entré en la sala de cine para ver la primera entrega de El Hobbit me embargaba el nerviosismo porque no sabía qué iba a encontrarme. Pero al escuchar los primeros acordes de la banda sonora, y la voz de mi viejo amigo Bilbo Bolsón comenzando su relato: “Mi querido Frodo”… solo pude llorar de inmensa alegría y sentirme de nuevo en Casa.
Esta es una sensación que nunca antes he tenido y que no he vuelto a tener con ninguna otra película, ni con ningún otro libro. Ya escribí hace tiempo, ¿Por qué Tolkien es mi escritor Favorito?. Por lo que no voy a detenerme mucho más en estas meditaciones personales, tan solo diré que solo hay un gran Maestro de la Fantasía, y que aquellos que expresan eso de “Tolkien está Muerto. Viva George Martin”, no pueden estar más equivocados.
Porque ambos autores son muy distintos. Y que conste, Juego de Tronos me gusta mucho. Poniente es un buen sitio para visitar, pero la Tierra Media es mi Hogar.
Ya ha pasado un año desde El Hobbit: Un viaje inesperado el comienzo de este nuevo Gran Viaje hacia la Montaña Solitaria, donde tiempo atrás se encontraba el Reino de Erebor, gobernado por el codicioso Enano Thror, que al encontrar la Piedra del Arca, se volvió ambicioso y un ser sin límites en cuanto a la acumulación de oro. Jamás tenía suficiente.
Pero todo cambió con la llegada del dragón Smaug, quien arrasó Erebor. Thráin, hijo de Thror y padre de Thorin, Escudo de Roble, logró escapar junto a su hijo y numerosos Enanos del linaje de Dúrin. Vagaron perdidos y sin hogar durante mucho tiempo, con el sentimiento de la Venganza creciendo en sus corazones. Decidieron emprender una misión con la que recuperar su Hogar arrebatado por Smaug, ayudados por el mago Gandalf.
Pero en su grupo faltaba un miembro que hiciese las veces de saqueador, alguien que pasase desapercibido, y es entonces cuando conocemos al Hobbit, al Señor Bilbo Bolsón, alguien que se caracterizaba por no vivir aventuras ni hacer nada inesperado. El mago Gandalf monta una reunión en el pequeño agujero que sirve de casa a Bilbo, y le entrega a Thorin un mapa y una llave obtenidas de Thráin, su padre.
“El Mundo no está en los libros. Está ahí fuera” Gandalf a Bilbo.
Pero esta pequeña Comunidad no estará sola. Porque el Mal les acechará desde el comienzo del viaje. Un Orco al que creían muerto, Azog, acecha en todo momento, buscando el momento apropiado para matar a Thorin, al que un día se enfrentó tiempo atrás, cuando los Enanos intentaron recuperar el Reino perdido de las Minas de Moria, del cual tuvieron que huir, debido a lo que despertaron durante sus excavaciones en busca del preciado Mithrill. Thorin solo tenía una Rama de Roble como escudo, con la que paraba las acometidas del terrible Azog, al que logró derrotar pero no consiguió abatir.
Pensó que lo había malherido, pero ahora el Orco ha regresado para cobrarse su presa. Fue en aquella batalla cuando Balin, uno de los Enanos más importantes y amigo personal de Thórin, se dio cuenta de que este podía llegar a ser un gran Rey bajo la Montaña.
Mientras tanto, rumores de oscuridad llegan desde los Bosques. Los animales están muriendo al igual que la vegetación. Radagast el Pardo, uno de los Tres grandes Magos que quedan en la Tierra Media, descubre que un extraño Mal está creciendo en la antigua fortaleza de Dor Guldur. Un mal que tiene por nombre Nigromante. Su misterio será desvelado en las siguientes entregas de la Trilogía.
En el viaje, la Comunidad debe hacer una parada en Rivendel, hogar de Elrond, uno de los pocos reyes Elfos que sabe leer las runas de los Enanos, para así poder desvelar el misterio que esconde el mapa de Thráin. Hay una entrada secreta en la ladera de la Montaña que lleva al interior de las ruinas de Erebor. Una entrada que solo puede verse con la luz de la Luna. El grupo debe apresurarse, porque han de llegar un día concreto, en el cual la Luna estará en una posición concreta y una luz determinada, que serán las que revelen la existencia de esa puerta secreta.
Pero antes de llegar a Erebor, a Bilbo le espera algo mucho más importante, que marcará para siempre el destino de la Tierra Media. Un encuentro con un ser extraño llamado Gollum en el interior de las Montañas Solitarias. Gollum ha perdido algo muy valioso a lo que llama Tesoro. “¿Qué es lo que tengo en el bolsillo?” le pregunta el Hobbit durante su duelo de acertijos. Un anillo, que otorga la invisibilidad…y que contiene muchos más secretos.
Posteriormente, una última batalla espera a los viajeros. Un reencuentro con ese fantasma del pasado. Thorin y Azog. El Bien contra el Mal. Bilbo, reúne una gran cantidad de valor que ni si quiera él era capaz de imaginar, y se enfrenta a Azog para salvar la vida de Thórin. Gandalf, como siempre, esconde un as en la manga, y unas enormes águilas rescatan a los Enanos, y diezman a Azog y sus orcos. Pero la batalla aun no ha acabado. Están más cerca de su destino, pero su Viaje aun no finaliza, ya que lo siguiente que les espera, es la Desolación de Smaug.
Un especial de Ramiro González.
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