Crítica de Lore. Un cautivador drama de gran calado humano

Si por algo se caracteriza Karma films es por traernos a cartelera de cine cintas de gran calado humano y con profundidad emocional que no dejan a nadie indiferente.

En esta ocasión estrenan este viernes 13 de diciembre Lore una coproducción alemana-australiana basada en uno de los cuentos que trata la novela El cuarto oscuro, de Rachel Seiffert y ha sido adaptada a la gran pantalla por Cate Shortland siendo también uno de los guionistas junto con Robin Mukherjee.

Lore (Saskia Rosendahl), su madre y sus cuatro hermanos viven en tranquilidad en un pequeño pueblo pero está cerca el derrumbamiento del Tecer Reich en Alemania y su vida cambiará por completo. Su padre ha sido un oficial de la SS y tiene que desaparecer junto con su madre que también colaboraba con ellos, por el bien de sus hijos por lo que dejan a Lore que es la hija mayor al cuidado de sus cuatro hermanos, uno de ellos de meses.

Ahora su viaje será la búsqueda de su abuela materna, teniendo que pasar penurias en el camino, dónde se encuentran a un joven judío liberado de un campo de concentración y que en cierta forma será su salvoconducto para pasar algunas barreras y conocerse un poco mejor ella misma y sus limitaciones.

Siempre tendemos a pensar que al finalizar una guerra siempre hay un vencedor y un vencido pero no nos paramos a pensar que realmente hay víctimas en todos los bandos y sobre todo en los más pequeños, siempre la infancia es esa etapa que aunque parezca que no afecta nada, puede marcar toda tu vida, y si ella trascurre en el medio de una guerra o saliendo de ella, pero intentando superarla más todavía, este es el caso de Lore y sus hermanos.

El film consigue cautivarte con la mirada de todos los pequeños de la cinta que son los mayores protagonistas porque en sus semblantes, casi siempre taciturnos y decaídos por la situación se reflejan las penurias y sacrificios que las guerras dejan a todo,  incluso a los inocentes. Pero no nos podemos olvidar que son niños y en ocasiones la ingenuidad hace que la sonrisa brote, pero dura tan poco, que pasan de una situación a otra en milésimas de segundos, eso sí se nota que la esperanza la llevan en el alma.

Además en Lore todo ello está aderezado con una música que embauca que te hace estar inmerso en ese mar de sentimientos y contradicciones por una lucha diaria por sobrevivir y que se combina a la perfección con un paisaje a veces verde y en otras ocasiones totalmente parco en colores y desolado por el ambiente que se recrea.

Puede que en momentos la cinta se convierta en un ejercicio de reflexión y de madurez pero a la vez un tanto lineal pero si uno se acaba poniendo en la situación de los personajes posiblemente la amargura y la desesperación sería algunos de los sentimientos que sobresaliesen a la luz, siempre esperando que el ansia de superación y supervivencia acabara terminando ganar a la pesadumbre que finalmente es lo que se recrea en el personaje de Lore una luchadora nata, que se convierte en fría y calculadora por los hechos que le preceden.

La narración se me antoja en momentos demasiado sosegada para el dramón que hay encerrado en la historia y que poco a poco se desmenuza en unos primeros planos que realzan la frialdad de la situación. Desde luego el guión muestra situaciones límites donde finalmente los personajes se conocen a sí mismos ante la adversidad.

Hay que destacar la actuación de la protagonista principal, Saskia Rosendahl en el papel de Lore, que con una sobriedad pasmosa, interpreta un papel enigmático, duro y sensible al mismo tiempo dándole un toque especial con una mirada inquietante.

Una Crítica de cine de Susana Peral.