Mindscape es la ópera prima de Jorge Dorado, un especialista en cortometrajes que ha contado para esta película con la producción de Jaume Collet-Serra.
Con un reducido presupuesto de poco más de 4 millones de dólares, rodada en inglés con localizaciones en España, Francia y Toronto, Jorge Dorado afronta en Mindscape un proyecto complicado, surgido del guión de Guy Holmes. Un thriller con los recuerdos como hilo conductor y un reparto internacional notable pero que no consigue, pese a sus notables esfuerzos, arrancarnos la sensación de asistir a un notable thriller de serie B.
Mindscape es una empresa donde trabajan persona con una habilidad muy especial, la de introducirse en los recuerdos pasados de las personas y así ayudar a superar algún trauma, resolver algún asunto pendiente o incluso solucionar algún crimen sin cerrar por ausencia de pruebas.
Este thriller psicológico está protagonizado por un experto John (Mark Strong), veterano de Mindscape, especialista en este tipo de incursiones. El personaje aceptará el caso más difícil de su vida, el de una chica de 16 años (Taissa Farmiga), aparentemente sociópata, que se niega a ingerir alimento alguno.
Nuestro protagonista muy afectado por el suicidio de su mujer tratará de lograr que la adolescente abandone la huelga de hambre. Pero lo que parecía un caso fácil para John, pronto se convertirá en el reto más complicado de su larga carrera.
Mindscape funciona en su primer tramo como un interesante thriller en el que las piezas del juego se van mostrando de manera sincronizada para desvelar a continuación en que consiste el juego en si mismo. La dificultad radica, una vez más, en convencer al espectador de la verosimilitud del juego en si, y es ahi donde Mindscape encuentra su talón de Aquiles.
Este continúo devenir entre viajes al pasado, a los recuerdos de la joven protagonista, mezclados con los ecos del trauma del suicidio de la mujer de John, terminan por dejar demasiado hilos sueltos. El guión se adentra en un terreno espinoso del que no sale indenme.
Pese a los esfuerzos de su director Jorge Dorado, al que auguramos un futuro muy prometedor y cuya labor tras la cámara es visualmente impecable y la excelente química de su pareja de protagonistas, el acelerado desarrollo en el tramo final, obviando detalles que se antojan imprescindibles, intentando encajar subtramas poco desarrolladas y su final en si mismo nada convincente y poco justificado, convierte a Mindscape en un muy interesante thriller, en una película entretenida pero facilmente olvidable.
Crítica de Mindscape de Rafael Calderón Luna.
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