Este fin de semana se ha estrenado un documental que posiblemente dará mucho que hablar, Pussy Riot: Una plegaria punk de los directores Mike Lerner y Maxim Pozdorovkin.
Un film desenfadado y reivindicativo como las propias integrantes del grupo Pussy Riot.
Pussy Riot: Una plegaria punk es la grabación durante seis meses de la historia y juicio que Nadia, Masha y Katia, las tres jóvenes activistas de este colectivo feminista, tuvieron tras su detención por realizar una plegaria punk de cuarenta segundos de duración en el interior de una de las principales catedrales de Rusia.
Comienza la historia con la exposición de los hechos, con una grabación realizada por el propio grupo, todo ello muy colorista, y que desde luego llama mucho la atención. Después todo desemboca en ver la narración de su detención y las declaraciones de los que rodean a estas tres personas tanto a nivel familiar como en sus ideologías.
Pussy Riot: Una plegaria punk me ha parecido un documental valiente una apuesta arriesgada, y que aunque parezca que sea partidario yo me lo he tomado como una exposición de los hechos acontecidos en su fecha y sus consecuencias, con declaraciones de los afectados en todos los ámbitos.
Sorprende que el documental contenga imágenes del juicio que tuvo lugar por su detención, uno pueda llegar a pensar que esto sea debido a que el gobierno quisiera que se viera en sí, y que la sentencia dictada se viera que era un castigo como arma de transparencia gubernativa. En el documental Pussy Riot: Una plegaria punk se emiten unas imágenes del propio presidente hablando del tema en cuestión.
La parte más emotiva corre a parte de los familiares de las integrantes del grupo Pussy Riot, ya que ellos dan a conocer la parte más humana de las cantantes activistas y la razón de sus plegarias en esas canciones tan reivindicativas, inclusive los familiares critican esas prácticas aunque reconocen su libertad ante los hechos.
También podemos comprobar en Pussy Riot: Una plegaria punk, que Pussy Riot no son sólo estas tres chicas en cuestión si no que es un movimiento que se genera a través de ellas pero para reivindicar unas ideologías que nada tienen que ver con el gobierno que tienen en su país, alzan su voz buscando unas libertades que creen cortadas y sancionadas.
Hay momentos que el documental Pussy Riot: Una plegaria punk se sale de esos seis meses pues muestra una retrospectiva de las actividades que con anterioridad las tres chicas ya habían llevado a cabo, y eso demuestra su espíritu y sus convicciones, para no centrarse meramente en que lo que ocurrió ese día en la catedral fue algo circunstancial si no que es algo meditado y que viene de lejos, ahora juzgar si está bien o mal, además de la justicia en sí, queda a ojos del espectador que opine con respecto a su criterio.