El próximo 11 de abril se estrena en cines 9 meses… de condena, una comedia francesa de Albert Dupontel.
No se pueden sacar conclusiones de todas las películas que se ven, por que entre otras cosas se hacen como único objetivo… entretener, aun así a mi me gusta dar a conocer lo que a mi particularmente me han sugerido, en las comedias francesas sobre todo las que funcionan en España he venido observando que tienen más o menos el mismo cliché.
En Intocable un parapléjico millonario que contrata a un señor de los barrios más bajos de París y esté le enseña a vivir. En Conversaciones con mi jardinero un pintor de renombre decide retirarse a su casa de campo y su jardinero es mucho más feliz que él a pesar de tener infinitamente menos cosas y por que no hablar de la portera de El Erizo que encandila a un japonés muy culto y a una niña superdotada o de Odett, una comedia sobre la felicidad que remueve los cimientos de un escritor muy famoso a pesar de ser una mujer sencilla y completamente anónima.
Todas tienen un denominador común que no es otra cosa que la humildad, el quitarse la coraza y empatizar. Una virtud de la que se carece y es primordial a la hora de ponerse en la del prójimo.
En 9 meses… de condena de una manera menos directa pero de igual forma trata de Ariane Felder una joven jueza que se pasa la mayor parte del tiempo trabajando en su despacho, sin tiempo para ella misma, es estricta y le gustan las cosas bien echas, muy disciplinada con una moral férrea.
En una fiesta de nochevieja no quiere ser la nota discordante y accede a tomarse una copita con sus compañeros del Palacio de Justicia de Paris, es tal la celebración que tras alguna copita de más no recuerda nada de la fiesta. A los seis meses descubre que está en cinta, ese echo la lleva hacer una concienzuda investigación para averiguar quien es el padre de la criatura con una sorpresa que ni ella podría imaginar.
Estamos en 9 meses… de condena ante una comedía clásica sin ironías, muy anímica y un tanto calorada, con un guión un tanto surrealista con algunos pasajes de cine gore.
Los actores están muy bien caracterizados por Albert Dupontel, guionista y director del filme que vuelve a repetir formato de sus anteriores trabajos y por Sandrine Liberlain que se mete muy bien en el papel de jueza inflexible, serena y cabal y como se da la vuelta a la tortilla y cambia a humana y vulnerable.
En la hora y media que dura 9 meses… de condena tenemos el rictus sonriente por que está llena de aventuras con personajes rocambolescos muy del estilo de Mortadelo y Filemón. El guión tiene originalidad a pesar de que los gags resultan repetitivos y es por ello que carece de grandes dosis de carcajadas aun así está entretenida.
9 meses… de condena es una comedia simpática sin mayor propósito que de pasar un rato agradable.
Una Crítica de Antonio Arenas.