jueves , octubre 31 2024

Crítica de El sueño de Ellis. Ilusiones rotas

Este fin de semana hay muchos estrenos, nada más y nada menos que diez, eso sí creo que este es sin duda el más completo de todos ellos.

El sueño de Ellis es el más atrayente en cuanto a temática, dirección y sobre todo protagonistas: Marion Cotillard y Joaquin Phoenix bajo la batuta del director James Gray.

Crítica de El sueño de Ellis

Corre el año 1920, Ewa (Marion Cotillard) y su hermana Magda dejan su ciudad natal, Polonia y emigran a Nueva York en busca de un familiar, y así poder tener un futuro mejor. Al llegar a la Isla de Ellis, Magda no puede pasar pues le detectan tuberculosis y es recluida en cuarentena. Mientras tanto Ewa, que piensa que tampoco podrá pasar a buscar su sueño, es ayudada por Bruno (Joaquin Phoenix) a buscarse la vida y quedarse en New York, lo que no sabe ella, es que Bruno buscará algo a cambio y el chantaje emocional con respecto a su hermana será el arma que utilizará con Ewa, para ganarse sus favores en beneficio propio. A partir de ahí, ella solo pensará en ganar un poco de dinero e ir en busca de su hermana, pero parece que el destino no se lo pone fácil.

Buscar el sueño americano es algo recurrente en el cine, funciona bien, es algo que parece ser que engancha, tanto a público, guionistas y directores, y en El sueño de Ellis la temática de fondo es muy parecida a otras eso sí enmarcada en una época un poco más clásica y menos actual, pero no por ello menos evidente y además como todo en esta vida es cíclico, parece que la sociedad en sí, visto lo visto no cambia.

El sueño de Ellis es una historia de sueños perdidos, de ilusiones perdidas, de anhelos olvidados en lo que uno piensa que va a ser el viaje de su vida, rumbo a un mundo mejor. Y como no, no puede faltar en este cocktail de sensaciones y emociones, la chispa del amor, correspondido o no. Además hay algo de fondo que destaca a medida que avanza la película y es la necesidad de la lealtad a uno mismo y a los demás.

Un guión completo, donde los personajes son dibujados y delineados perfectamente, con sus claros oscuros, pues ninguno queda exento de culpa ante las evidencias de los hechos que se narran. Hay varios giros en El sueño de Ellis que harán que en cada momento empatices con cada protagonista, y que veas la parte positiva de cada uno, ya que todos llevan a sus espaldas una carga emocional muy grande que se va desgranando y descubriendo a lo largo del metraje.

Hay que reconocer que lo mejor de la película en sí, en su ambientación te lleva a casi cien años atrás en pantalla y te lo muestra tan real, tan tangible que te lo crees y además es algo que engancha desde el primer momento.

Lo que menos me destaca de la película en sí, es su comienzo porque me da totalmente la sensación de haberlo ya visto, pero sí que es verdad que el desarrollo es muy bueno y te va llevando por terrenos que a priori no te hubieras imaginado. El sueño de Ellis es una historia dura y desgarradora pero nunca ahonda en la lágrima fácil, conmueve mucho y te hace reconsiderar muchas situaciones.

Se ha enfocado el clasismo con respecto a la inmigración de una forma sutil pero a la vez directa, marcando muy bien las diferencias sociales, más que las de países en sí, pues incluso los que ya son inmigrantes asentados parecer haber olvidado sus vidas pasadas, y marcan una distancia y una frialdad con las nuevas generaciones que se buscan la vida.

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El sueño de Ellis es la cuarta película en la que trabajan juntos el director James Gray y Joaquin Phoenix, para mi gusto en la que mejor le ha sacado partido ha sido justo en la anterior en Two Lovers que data del 2008, donde el actor estaba soberbio, y aquí en el El sueño de Ellis, le falta algo de chispa para desarrollar un papel que parece con mucho más coraje y más granuja de lo que demuestra, aunque otra de las razones por las que no destaca es porque sencillamente Marion Cotillard está magistral en su papel, y le hace sombra desde luego.

Desde luego recomendaría sin duda El sueño de Ellis por todo su conjunto, por su ambientación, su fotografía, su estética y narrativa y por supuesto por sus protagonistas que encaran dos papeles nada fáciles con bastante soltura aunque a Phoenix le falte por momentos un poquito más de ímpetu, pero quizá su personaje esconda algo de sutilidad y por eso esté tan contenido, que cada uno juzgue después de visionar la película.

 

 

 

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