El verano continúa y no por ello las carteleras de cine se van a llenar meramente de películas taquilleras para el gran público, también llegan pequeñas propuestas tan o más interesantes para el cinéfilo.
Surtsey Films nos brinda Una cita para el verano con un atractivo más su actor y director, que no es otro que el reciéntemente fallecido Philip Seymour Hoffman.
Una cita para el verano (Jack Goes Boating) fue presentada en Sundance en 2010, suponiendo el debut de Philip Seymour Hoffman como director. Desde luego en esta nueva faceta del director, muestra su plenitud escénica tanto delante como detrás de la cámara, dando vida a un personaje que esconde mucho de su propia persona.
Un modesto conductor de limusinas, Jack (Philip Seymour Hoffman), quiere dar un cambio radical en su vida y se lanza a realizar actividades que anteriormente nunca había hecho, bien por falta de tiempo, desinterés o su extreman timidez. Todo este cambio viene empujado por una cita que tiene que tener con una chica y a la que quiere poco a poco conquistar, para ello echara mano de sus amigos Clyde y Lucy, un matrimonio que de repente reflejan en él sus anhelos y frustraciones.
Una cita para el verano es una cinta sencilla pero directa, con un enfoque muy humano y cálido que engancha por todo lo que esconden cada uno de los personajes, su timidez, su amor, su respecto y sus sueños. Es una historia de superación personal, pero también de enfrentarse a sus miedos y al pasado. Aunque pueda parecer que la película se centra solo en la vida de Jack, no es así, pues desde su personaje se van dibujando los que están a su alrededor, volcándose unos en otros, vaciando así lentamente el contenido emocional de cada uno.
Una cita para el verano, es muy emocional y trascendental con diálogos directos y llenos de emoción, además de resaltar lo cotidiano y lo sencillo como lo primordial de la vida, sobre todo la amistad, el amor y el respeto.
Nos habla de la búsqueda del momento adecuado para cada situación, de no forzar las cosas ni lo sentimientos, si no todo lo contrario, de pararse a pensar, a reflexionar y anhelar, tanto lo carnal como lo emocional.
A Hoffman le hemos visto en innumerables registros actorales, pero aquí en Una cita para el verano, le vemos que se desenvuelve con gran facilidad, haciendo que empatices con su personaje desde el primer momento. Es como si hubiera querido volcar su propio yo en su actuación. Sus movimientos son naturales, sensibles y de gran calado emocional.
No hay que perder de vista que el guión es muy completo, pues nos va desmenuzando las historias que tratan lentamente, con la sabiduría de mostrar lo necesario en el momento precio, hasta llegar a desencadenar todo lo que se quiere contar. Pues todos los personajes esconden algo que no se verá expuesto al espectador, hasta el momento precio. Todo lleno de detalles de miradas, que se agradecen para que cada uno se vaya creando su propia atmosfera, su propio criterio y cuando llegue el desenlace, veamos si es lo que habíamos anteriormente imaginado.
Una cita para el verano es una cinta que rebosa cine de autor, la mires por donde la mires, pues tiene un gran trasfondo y está tratada con gran meticulosidad en detalles gráficos, actorales y de guión.
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