Thiller policiaco francés de la mano del director y guionista Fred Cavayé que lejos de hacer algo novedoso prefiere ser conservador y apostar por un formato desgastado aunque sin olvidar la función principal del cine que es la de entretener.
Bajo un título sugerente y un reparto de lujo, Mea Culpa nos mete en una intrigante pero esteriotipada aventura policiaca llena de acción y dinamismo con una gran carga de violencia, paseándonos por los suburbios de lo que parece el sur de Francia. Además de las ya consabidas escenas vibrantes de persecuciones, golpes de coches y peleas hasta la extenuación, Mea Culpa también deja tiempo para un receso y abordar en los sentimientos básicos de sus personajes como los remordimientos, la lealtad entre amigos, la justicia, el honor y el amor, este último se aprecia de manera más tenue. El trabajo de Fred Cavayé es muy visual, con imágenes variadas, muy coloridas como es el caso del homenaje que hace al mundo del toreo, pasando a otras tenues de lugares de trastienda que parecen devastados por la guerra y el abandono.
En Mea Culpa Théo es un niño que presencia un ajuste de cuentas en la Plaza de Toros de Nimes, esto hará que los integrantes de la mafia quieran deshacerse del muchacho. Su padre Frank un antiguo policía apartado del cuerpo por un accidente en el que mueren tres personas hará todo lo que esté en su mano para proteger a su desestructurada familia. Junto a Frank estará su antiguo y fiel compañero Pastor que no se apartará de él mientras les aceche el peligro.
Vincent Lindon, el actor que ayudaba a un joven kurdo a cruzar el Canal de la Mancha en Welcome guarda cierto parecido a Jean Paul Belmondo con esos rasgos tan marcados, con unos destacados surcos en la cara que encajan muy bien en el veterano expolicía, Vincent aporta a Mea Culpa mucha fuerza gracias en gran parte a su enorme capacidad interpretativa, indiscutible su actuación que sin duda es junto con Gilles Lellouche, de Pequeñas mentiras sin importancia que hace de compañero de aventura y la exótica y bella Nadine Labaki la ex-mujer de Frank que hemos visto en inolvidables películas como Caramel o La Fuente de las mujeres los que salvan una cinta que no deja de ser entretenida pero nada novedosa ni original, que si es verdad que te mantiene expectante pero es demasiado previsible y pocas cosas sorprenden.
Un metraje para ver y olvidar.
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