Paco León destaca furibundamente como uno de los grandes talentos patrios con esta agridulce segunda parte.
Una de las cosas más saludables que le ha pasado al cine español en los últimos tiempos, la película Carmina y Amén, se pone a la venta en dvd y blu-ray el miércoles 17 de septiembre.
La segunda parte de las andanzas de Carmina Barrios no sólo ha superado en calidad a la primera sino que se ha erigido como un atrevimiento cinematográfico que ha conseguido insuflar aire fresco a la filmografía nacional.
Paco León nos regala, de nuevo, la realidad pura y dura: la vida real de esa comunidad de vecinos, de esa mujer solitaria, de esa hija desnortada, de la paz aparente de una vida sin sobresaltos. Pero inyectando mala leche en cada retoque.
Carmina y Amén se aleja del tono pseudo-documental de la primera parte para erigirse como uno de los monumentos a la inteligencia cómica de este país, en un ejercicio de autenticidad (tanto de personajes como de situaciones) que está cargado de segundas intenciones, de verdades que escuecen.
Y todo sustentado en Carmina Barrios, la madre de ese tipo brillante que está tras las cámaras. Ella solo es el obelisco sobre el que descansa toda la ciudad cinematográfica fabricada por su hijo. Es el símbolo y la base de este mecanismo de comedia fidedigna que está cargada de ironía, de dureza, de espíritu de supervivencia, de la listura que da la calle.
Carmina y Amén puede titubear a nivel rítmico pero contiene momentos absolutamente descomunales: la charla de Carmina con su marido en un instante casi buñueliano, la conversación con Yolanda Ramos como si se tratara de un Almodóvar en blanco y negro.
Las ediciones incluyen más de 40 minutos de contenidos adicionales, entre ellos, el tráiler, la toma íntegra de Yolanda Ramos, tomas extras, escenas eliminadas y un cómo se hizo, entre otros materiales.
Imprescindible.