La película de Damián Szifrón está inspirada en los Cuentos asombrosos serie de televisión que fue creada y producida por Steven Spielberg.
No siempre, pero a veces, el hecho de haber oído tanto aquello de “Es muy buena”, hace que uno vaya al cine con demasiadas expectativas, que hacen que exija más a la cinta en cuestión, posiblemente, más de lo que hubiera hecho si uno a ciegas a ver una película. Este ha sido mi caso con Relatos Salvajes ganadora de Premio del Público (mejor film europeo) en el pasado Festival de San Sebastián.
Relatos Salvajes, está inspirada en los Cuentos asombrosos serie de televisión que fue creada y producida por Steven Spielberg. Son seis historias donde los protagonistas muestran su cara más recóndita y apabullante dando rienda suelta a los bajos instintos humanos, para sobrevivir en la jungla que es la vida. Todo ello mezclando la violencia y la comedia a la par, sin hacer distinciones en un surrealismo cotidiano digno de las noticias de sucesos.
¿Que si me ha gustado la película? No voy a decir que no, me entretuvo, y además me dio que pensar, cosa que agradezco, pero si he de decir que no me llegó a convencer del todo con ese boca a boca que había corrido después del Festival.
Desde luego algo tiene Relatos Salvajes si además de ese premio anteriormente mencionado, también consiguió el Premio del Público en el Festival de Cine de Sarajevo, el público suele ser soberano, y elevar a la máxima potencia, un producto, o no, todo depende de los gustos y colores, y aquí me quedé a medio tono.
De primeras, a sabiendas que la película contenía seis historias separadas era algo que me echaba para atrás, pues me pasa lo mismo que con los cortos, cuando uno ve tantos seguidos, tiende a mezclarlo y no sacar una buena conclusión de cada uno, pero aquí en Relatos Salvajes he de reconocer que no fue algo que me afectara para que no me gustara, es más creo que la unión y evolución de las historias está conseguido y aunque no tengan nada que ver unas con las otras, algo hay que te hace recordar la que pasó, y no se te olvida ninguna al terminar la proyección.
Lo que me falla dentro de cada una por separado, es la falta de un ritmo homogéneo en la propia historia en sí, unos desniveles de ritmo muy grandes, secuencias que te impactan y otras que se pierden en el olvido totalmente, no me pareció un rodaje lineal, si no todo lo contrario, e hizo que no me llenase tanto el conjunto en general.
El mérito del director de Relatos Salvajes, Damián Szifrón, es definir al ser humano en situaciones extremas o no tanto, depende del ángulo de visión de cada uno. Ha metido el dedo en la llaga en cada una de las seis historias, donde desgrana y desvela al ser humano con gran crítica y cinismo, llevando a los personajes a los extremos tanto para bien como mal, viendo las reacciones innatas de la persona bajo presión.
Además el guión tiene una gran ironía y ensalza a la sociedad ególatra actual, donde el capitalismo y el ser el mejor es lo que prevalece, donde el rencor es un arma de supervivencia, y donde sobrevive el más fuerte.
Un gran reclamo que tiene la cinta en sí son algunos de los protagonistas que están dentro del reparto, como son Ricardo Darín, Darío Grandinetti, Leonardo Sbaraglia, entre otros. La actuación de Darín no me pareció espectacular, pero sí que he de reconocer que Sbaraglia que no me suele convencer, me pareció que estaba sublime en su historia, y por supuesto Grandinetti que nunca me defrauda. Eso sí, han sabido elegir muy bien el orden de las historias, para mí, las mejores son la primera y la última, por lo que al final, aunque uno no quiera, se queda con una media sonrisa.
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