La verdad sea dicha, las películas que tratan los juicios populares es algo muy, muy americano, aunque el director David Dobkin añade ese toque de drama familiar que hace de su conjunto final un film visible, pero previsible.
Eso sí el director de El Juez, David Dobkin, cambia totalmente de registro con respecto a sus anteriores trabajos y se sumerge posiblemente en la dirección más profunda de su carrera, un melodrama familiar enriquecido, afortunadamente y acertadamente, por las actuaciones de Robert Downey Jr., Robert Duvall y por un magistral secundario Billy Bob Thornton.
Hank Palmer (Robert Downey Jr.), es un abogado de gran caché, reconocido por cubrir todos esos casos en los que los escrúpulos hay que dejar de lado. Pero la vida no le está brindando la mejor de las sonrisas, su vida marital hasta bajo mínimos y para remate final fallece su madre. Este suceso hará que tenga que volver a su pueblo natal y enfrentarse a los fantasmas del pasado: su padre, el juez del pueblo, quien le marcó de por vida, y la distancia es su aliado. Pero cuando pensaba que todo había acabado y regresa a su hogar, una noticia inesperada hará que vuelva de nuevo con su padre, pero en esta ocasión para ser su abogado por un accidente con el coche, siendo acusado de homicidio. Ahora la lucha será doble, interior y en la sala.
El juez es un retrato de familia, mostrando cómo los conflictos del pasado han hecho mella en varios de sus integrantes. El juicio que se desarrolla en el film es un acto paralelo y metafórico hacia los personajes y sus vidas, ya que la línea que separa la sala de la realidad es mínima y todo se entremezcla, o así lo han querido mostrar los guionistas.
Por momentos y por tomas uno toma conciencia de la intensidad del drama, de la carga emocional que cada uno de los protagonistas esconden y que se desgrana lentamente, aunque uno ve desde el primer momento que aunque no sepa la razón, algo hará que estalle en el guión para saber el sentido de los comportamientos de los protagonistas principales.
Además las actuaciones principales hacen recordar (y mucho todo sea dicho), pero esa en versión femenina, al duelo que encarnaron Julia Robert y Meryl Streep en Agosto, aunque los diálogos de ellas eran más fuertes e irónicos, aquí en El juez no son tan sutiles, ya que no van directos se pierden un poco en la profundidad del tema de fondo, dando muchos rodeos e incluyendo en el conflicto paterno filial a muchos que les rodean.
El juez es una mirada al pasado, reconociendo los errores y no justificando ninguno. Una mirada interior de cada uno de los personajes, viendo sus fallos, sus pros y sus contras, y enfrentándoles al espejo de la realidad para alcanzar el mea culpa necesarios para poder avanzar en la vida.
Eso sí algo que falla y mucho, y no es otra cosa que el metraje, excesivo, pues por momentos se regodea en los mismos sentimientos, en las mismas visiones emocionales, sin ningún toque más que sea efectivo para narrar algo nuevo o necesario en la historia, posiblemente si hubiera rebajado un poco el tiempo, la película hubiera tomado mucho más intensidad, pues a veces comprimir es necesarios, vamos que menos es más. Lo mejor sin duda, y que salva los papeles, son las interpretaciones de Robert Downey Jr. y Robert Duvall.
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