No es que sea una maravilla, pero nos cuenta una historia de la vida repleta de simbolismo que hará las delicias de los que disfruten de películas con una profunda carga sentimental.
Admito que la he visto con precaución. A lo mejor es que tengo ciertos reparos al cine de autor. Bueno, supongo que a todos nos sucede. Preferimos unos géneros a otros. A unos les gustan más las comedias que los dramas, otros no pueden ni ver las películas llamadas hoy blockbuster porque las consideran “intelectualmente” inferiores. En definitiva, cada persona es un mundo.
Por mi parte, hago un esfuerzo tremendo en apreciar todo. Y con esto me refiero a que veo encantado cualquier tipo de película. Desde la más palomitera hasta la más indie. Cierto es que a veces me llevo unos chascos tremendos. Recientemente me ha ocurrido con una película española muy personal, diría yo que demasiado, me ha resultado una cosa burda y sin sentido, un instrumento de tortura que no le desearía ni al peor de mis enemigos.
Pero en más ocasiones, afortunadamente, me llevo sorpresas gratas. Y Loreak es una de estas. Cada vez me gusta más llevarme sorpresas, cada vez me gusta más encontrarme películas que excedan mis expectativas. Esta es una cinta difícil para la generalidad del público. Y además, aviso a los lectores, está grabada en euskera. Lo digo para que nadie se lleve luego sorpresas y surjan estúpidos prejuicios. Da igual de donde sea una película, lo importante es su calidad. Y Loreak no es que sea una maravilla, pero nos cuenta una historia de la vida repleta de simbolismo que hará las delicias de los que disfruten de películas con una profunda carga sentimental.
Loreak significa Flores en euskera. Y las Flores son las auténticas protagonistas de esta película. Son el símbolo de todo lo que acontece. Una reflexión personal acerca de las relaciones, de lo frágiles que son los matrimonios, de cómo a veces nos encerramos en nosotros mismos y no revelamos nuestros sentimientos a los que tenemos cerca.
Una historia de amor, pero también de desamor. Ane, una mujer que es poco comunicativa y que al mismo tiempo se siente apartada, pues su marido hace tiempo que no la da muestras de cariño. A partir de un determinado día, todas las semanas, en Jueves, recibe un precioso ramo de flores de un desconocido. El marido de Ane comienza a sentir celos de quien le envía tantas muestras de cariño a su esposa, y es presa de los celos. Por otro lado, Beñat, un controlador de grúa en una obra municipal, observa desde las alturas con sus prismáticos a una mujer por la que siente predilección, una compañera de trabajo con la que apenas habla, y sin embargo, tiene fuertes sentimientos hacia ella. Esa compañera es Ane. Una historia de amor de dos personas que nunca llegan a conocerse.
No voy a revelar nada más porque el argumento es muy susceptible. Loreak ha sido presentada en el reciente Festival de San Sebastián, y ha obtenido numerosos elogios. Desde luego es una cinta que he disfrutado especialmente y la recomiendo para un público más específico, gente que disfrute con historias pequeñas y personales, porque todo el que se espere algo más “palomitero” quedará decepcionado.
LO MEJOR: Una cinta personal, de Autor, pero que es real como la vida misma.
LO PEOR: En ocasiones, el ritmo.