Vinko Bresan ha querido mezclar comedia, drama y religión, casi nada o casi todo, otra cosa es que consiga ligar todo ello en un buen film.
En Los niños del cura Don Fabián en un joven cura, que es enviado a una pequeña isla del Adriático. Su vida es muy rutinaria, sus oficios y poco más pues la natalidad el pueblo no crece, para eso se le ocurre la brillante idea de fomentar la natalidad, y para ello se confabula con el farmacéutico y el quiosquero, que son quienes venden los preservativos y pinchar los mismos. Esto que a priori puede ser su salvación en el pueblo se puede convertir en una pesadilla y sacar a flote muchos secretos.
Como un cuento dentro del neorrealismo italiano Los niños del cura se nos presenta en pantalla, mostrándonos el interior del personaje principal y sus metas, a la vez que se expande en situarnos en una población humilde y cotidiana, pero poco a poco nos vemos totalmente desbocados en una particular comedia, pudiera ser sobre la natalidad y las inquietudes de muchos, para terminar en una crítica feroz a la iglesia y sus componentes.
Y ojo que la película no es italiana, si no que es croata, pero influencias haberlas las hay, con esa comicidad áspera y distante que es más tirando a una sorna e ironía que la mera simplicidad de una sonrisa o carcajada, pues la comicidad no va directa si no que va implícita en un tema para muchos tabú y que se quiere normalizar.
Vamos que en Los niños del cura pasamos, de la reflexión a lo cómico, fulminando todo esto con una crítica a las instituciones eclesiásticas, en sí el propósito no está mal, el problema es como se ha enfocado todo, pues en cierta forma es un quiero y no puedo, han querido tocar tantos temas que solo queda algo al final de la película, que puede que sea lo que pretenden, eso sí el tono de comedia no me llegó por ningún lado.
Hay implícito en el guión un cierto clasismo de la sociedad, por mostrar sus preferencias dependiendo de la nacionalidad de una persona, y aquí es donde en cierta forma se rebasan las fronteras de la autoría de la dirección y se vuelve universal.
Eso sí, aunque la cinta tiene un ritmo, que a mí personalmente no me gusta, no se queda en lo banal e intrascendental, y profundiza en el miedo a lo desconocido, las responsabilidades, las ideologías, el respeto y la confianza, también destaca la parte egocéntrica del ser humano incluido el clero, claro está aquí es la parte que queda expuesta a debate y crítica subjetiva.
Las interpretaciones son llanas, como si estuviéramos tratando con gente de la calle, de un pueblo sencillo y obrero, haciendo que eso te trasmita naturalidad y que consiga en cierta manera empatizar con los protagonistas que quedan retratados en todas sus facetas.
Ficha de Los niños del cura