Determinar que marca más la historia de la película de Alfonso Zarauza , para mí es más que evidente, la historia personal de la protagonista y su vida emocional, se come de todas, todas, la trama que hay de fondo.
Los Fenómenos realza el tema de la crisis inmobiliaria y sus consecuencias, además de denunciar las situaciones laborales.
Neneta (Lola Dueñas) vive en una playa, en una furgoneta, con su hijo y el padre de la criatura, el Lobo (Luis Tosar). Se suponía que el Lobo comenzaba un nuevo trabajo con horario fijo, pero Neneta nunca lo sabrá pues no vuelve con ellos y ella debe rehacer su vida para sacar adelante a su hijo. Por ello decide volver a su pueblo en Galicia. Allí intentará ganarse el sustento, pero todo ha cambiado y no hay mucho trabajo, pero tiene la suerte de encontrar trabajo de peón en la construcción, tendrá que luchar contra los prejuicios de sus compañeros y los de la sociedad para sobrevivir en esa jungla del ladrillo.
El guión de Los Fenómenos hace mucho más énfasis en todo lo sentimental que rodea al personaje de Lola Dueñas, pues de ello depende todo lo demás. Me imaginaba una trama mucho más reivindicativa en cuanto a lo laboral y simplemente me expone unos hechos. Aunque con este comentario pueda dar la interpretación de decir que la película se queda light, en cierta manera me gusta que está narrada así, para que cada uno luego valore lo que hay de fondo en el guión, pues no me gustan las películas que me lo dan todo hecho.
«Lo mejor de la película es la soberbia interpretación de Lola Dueñas»
La película Los Fenómenos engancha porque cada uno de los protagonistas tiene una característica especial típica española, de las distintas picarescas existentes y latentes en nuestros país, tiene un tono seco y socarrón típico de los gallegos que acentúa ese humor tan particular que tienen y que se hace notar sobre todo la primera parte del metraje, pues ya la segunda nos vemos inmersos más en la parte dramática y sentimental.
Tiene un tono pausado y sosegado, no hay sobresaltos, pero a la vez no es lineal, pues está totalmente ligado a los vaivenes de la protagonista que ahora va retomando sus riendas y de esta manera mostrando todos los hilos que se quieren exponer en la película. En cierta forma aunque no haya flashbacks constantes, las conversaciones y relatos los dibujan y así conocemos más el porqué de los comportamientos de muchos protagonistas.
Los fenómenos tiene algo cotidiano y personal, los sueños y los derrumbes emocionales (metafóricamente hablando con la crisis que cuenta), y es lo que hace que la película se haga querer, en su sencillez de lo contado (una crisis inmobiliaria por todos conocida, sus chanchullos y el debacle final) se ve reflejado una gran parte de la sociedad española y su gran impotencia ante ciertos acontecimientos diarios que hacen que los de a pie sigan siendo los paganinis de los de arriba (con su trabajo y esfuerzo) y con tan pocos derechos, y eso que es tan común no pasa indiferente ante el espectador.
Además de la temática en sí, lo mejor de la película es la soberbia interpretación de Lola Dueñas que llena la pantalla incluso con sus silencios, es la que aguanta toda la carga del metraje y de la trama, y lo ha desarrollado con una sencillez pasmosa, pero con gran sabiduría para trasmitir en todo momento.