James Marsh ofrece un manual de cómo hacer una película del nuevo género «buscando desesperadamente el Oscar».
Igual que existe el género policiaco, criminal, el western, el drama o la comedia, existe uno de nuevo cuño, ideado por los Weinstein, que se llama «buscaOscars», películas que tienen como único y principal objetivo llevarse una estatuilla dorada. Este nuevo género tiene sus propios estilemas, o sea, aquellos elementos que se reiteran en el estilo y que devienen ingredientes sine qua non. Veámoslo:
1- Hay que buscar un personaje famoso, popular, que tenga una historia que explicar. Si es de superación personal, mucho mejor (El Discurso del Rey)
2- Si ese personaje tiene alguna traba física o psicológica muchísimo mejor (Una Mente Maravillosa)
3- Tiene que ser una historia que permita «ver la conversión del personaje en lo que hoy conocemos o lo que nos llegó de su historia (Shakespeare in Love)
4- Un actor/actriz que se transforme físicamente y se parezca muchísimo al original (La Dama de Hierro)
5- Una historia de amor (todas) que lucha más allá de lo inimaginable.
6- Una puesta en escena pastelosilla, con tendencia al ocre y fotografía con una media puesta en la cámara (todas)
7- Un director sin demasiada personalidad y una impecable ambientación de la época (todas).
8- Una música romántica y que envuelve todo (todas)
9- Omitamos los aspectos complejos de la historia, lo que le reste azúcar a la narración (The Imitation Game)
10- La historia debe ir creciendo y al final hay que poner una escena en la que la gente se ponga de pie y lo ovacione (casi todas)
11- El protagonista o la protagonista (aunque suelen ser más masculinos que femeninos) logran su triunfo personal y lo reconocemos como espectadores. Así era y así es. (todas)
12- Que el espectador se quede con la sensación que ha conocido de verdad al personaje cuando lo más importante, o delicado, se ha omitido (todas).
Pues, La Teoría del Todo los cumple al 100%:
1- Stephen Hawking tiene una historia que explicar como un genio de la física. Y de superación personal, como todos sabemos.
2- La enfermedad del genio es mostrada en La Teoría del todo sin pudor alguno, casi de forma pornográfica. Sutileza cero. Así no se hacen las cosas, Mr. Marsh.
3- La fuerza y magistralidad de Hawking ya de por sí es apasionante y seguro que es atractivo para todos: ver cómo era de joven y cómo fue evolucionando su vida.
4- Eddie Redmayne está francamente bien, de lo que poco salvable de La Teoría del todo. No era fácil no caer en la exageración y su interpretación es bastante sutil, mucho más honesta que la forma en que la muestra el director.
5- La historia de amor, en este caso, daba para una reflexión mucho más intensa que la que ofrece la película. Además, falla la actriz, Felicity Jones, sosísima.
6- Si José Luis Garci viera que su estilo fotográfico se ha importado a Hollywood, fliparía. Puesta en escena plana y convencional. Riesgo cero.
7- James Marsh parece valer más que lo que muestra en esta cinta. Atado. La ambientación, perfecta.
8- Bonito trabajo de Johan Johansson. Sin duda. Dentro de los parámetros habituales pero bonita.
9- Los dos trios amorosos, lo más interesante de la historia de La Teoría del todo, se pasa de tapadillo por ellos, sin demasiadas explicaciones. Cuando había material para analizar. Lo otro complejo, la explicación de las teorías de Hawking, mejor un poco y ya está. No hay que complicarse.
10- La escena de charla del genio en la sala de conferencias es de pañuelo.
11- Hawking explica que su gran triunfo en la vida son sus hijos. Simplismo y populismo puro.
12- Nos vamos a casa con la idea (errónea) que ya sabemos todo sobre Stephen Hawking.
Lo mejor: La música, pero para escucharla en casa con calma.
Lo peor: Felicity Jones y el maldito nuevo género.