Crítica de El Libro de la Vida. Lo que pudo ser y no es

Invito a todo el mundo a que la vea porque a fin de cuentas lo dicho aquí no es más que una opinión personal.

Crítica de El Libro de la vida.

Hay ocasiones en que las películas me dejan bastante dividido, y esto normalmente suele ser una buena señal, porque significa que, a pesar de pequeños fallos, dichas obras me acaban dejando un buen recuerdo, porque me han entretenido, lo he pasado muy bien y no me he aburrido ni he tenido ganas de salir corriendo de la sala.

Sin embargo, otras cintas dejan una huella mucho más clara e inmediata, unos sentimientos más fuertes: o la película es buenísima o el resultado final es una catástrofe que no hay por donde cogerla. Aunque, también me he enfrentado a situaciones en las que he intentado por todos los medios poner bien un producto, pero desgraciadamente, los fallos, las incoherencias, el aburrimiento y las ganas de salir corriendo han tenido mucho más peso.

El Libro de la Vida responde claramente a estas últimas sensaciones. No es que me haya parecido larga, porque no lo es, pero los 95 minutos de metraje se me han antojado similares a Lo que el viento se llevó; el aburrimiento se ha hecho casi palpable por que no he conseguido en ningún momento conectar con ninguno de los personajes. Y la mezcla de estas situaciones me producía esas temidas ganas de salir corriendo.

¿Cree alguien que disfruto diciendo esto?

Para nada, me molesta muchísimo tener que hablar así de una película, especialmente de una cinta de animación, de un producto dirigido al público infantil. Tras ver esta película confirmo una conclusión a la que he llegado hace mucho tiempo, y es que los adultos volvemos idiotas a los niños, pensando que como son pequeños, sus cerebros no dan para mucho.

¿Tan difícil es contar una historia?

Desde luego que es complicado, pero cuanto más pretencioso quiere ser uno, más difícil es. El Libro de la Vida podría haber sido una historia no maravillosa pero sí haber tenido mucho más sentido, incluso, podríamos haber hablado de ella como una película que también disfrutarían los mayores. Personalmente, con lo visto, dudo que esto sea posible, aunque no quiero decir que nadie deba verla, es más, invito a todo el mundo a que la vea porque a fin de cuentas lo dicho aquí no es más que una opinión personal. Pero tengo la firme sensación de que si el relato se hubiese quedado en una historia sobre ese joven Manolo que echa de menos a su madre, cómo afronta su pérdida y lucha por alcanzar su pasión que es la de ser músico, seguramente podríamos hablar de una obra mucho mejor concebida, ante todo por su humanidad y por ser real como la vida misma, ¿O es que los niños son incapaces de entender estos sentimientos? No, lo más adecuado es rizar el rizo y crear un quiero y no puedo de relato fantástico con muy poca gracia y sin profundidad alguna.

¿Qué nos cuenta esta película?

Dos Dioses muy gamberros, Lakatrina, reina del Mundo de los Recordados, y su homólogo en el mundo de los Olvidados, Servival, juegan con el destino de las personas para divertirse, y entonces hacen una apuesta: ¿Quién se casará con María, la guapa protagonista? ¿Manolo, el joven descendiente de un linaje de toreros que en realidad quiere ser músico, o Joaquín, el mejor amigo de Manolo, hijo de un importante militar mejicano? Dependiendo del resultado, el trono de ambos Mundos puede cambiar de manos y con este hecho, también el destino de las almas de los fallecidos.

¿Y hace falta ser tan rebuscado para relatarnos una historia sobre la valentía, sobre lo importante de ser honesto consigo mismo, ser lo que uno quiera y no lo que digan los demás? ¿Hace falta ser tan rebuscado para hablarnos sobre cómo afrontamos la pérdida de nuestros seres queridos? ¿Hace falta ser tan pretencioso y barroco para hablarnos sobre el amor como fuerza impulsora del universo? Parece ser muy necesario, y sobre todo, lo que creo ya que es el colmo del asunto, intentar imitar a Tim Burton, porque se nota que el guionista ha intentado emular a la Novia Cadáver, y los desastres suelen venir cuando se deja al margen la originalidad, la sencillez y la coherencia. Yo me hago otra pregunta: ¿Por qué Guillermo del Toro produce esto?

Lo dicho, cada uno que elija libremente si la quiere ver o no.

Crítica de El Libro de la vida de Ramiro González.