No se le puede discutir la brillantez y elegancia en la dirección, otra cosa muy distinta es que su conjunto llegue del todo al espectador.
Crítica de El Francotirador.
Llega la gran fiesta del cine, para muchos, la gala de los Oscars, y como no poco a poco hemos ido comentando las películas que están nominadas este año. En este caso nos vamos a volcar con El francotirador de Clint Eastwood, que con su película ha conseguido 6 nominaciones incluida la de Mejor película.
Chris Kyle es un joven tejano que de cowboy pasó a ser francotirador del ejército norteamericano. Desde muy pequeño había sido muy preciso con el rifle y ahora en esta nueva etapa de su vida esto hará que sus compañeros se sientan más seguros a su lado, pues su precisión alcance unos límites insospechados, con el paso del tiempo se ganará el apodo de Leyenda en su trabajo, incluso el bando enemigo llega a dar una recompensa por su vida. Su paso por Irak no será un camino de rosas y dejará atrás 160 muertos y recuerdos no todos positivos que hay que poner en la balanza a la vuelta a casa.
Le falta alma de Eastwood y le sobra metraje que ensalce el patriotismo y enarbole la defensa a ultranza de un país, aunque no sea algo que exagere en exceso en su guion, que no es suyo y se nota, se ve demasiado y enmascara otros aspectos para mi gusto mucho más importantes en todas las guerras que son las personas y sus sentimientos, aunque creo que el director y guionista intentan crear un debate de soslayo que a mí me llegó: las secuelas de la guerra.
Pero sobre todo el patriotismo se muestra en la escena final, puede que ese tramo me lo hubiera saltado de todas, todas y así la cinta no me hubiera hecho decantarse ni entre critica ni ensalzamiento de un país y sus guerras.
No se le puede discutir la brillantez y elegancia en la dirección, otra cosa muy distinta es que su conjunto llegue del todo al espectador. Hay parcelas que se me antojan vacías y otras un tanto surrealistas. Vacías todas las parcelas personales que se exponen, sobre todo las que pertenecen al pasado, y surrealista alguna que otra secuencia de llamadas telefónicas en el fragor de la batalla.
Me sobra del todo que me haga un flashback de 20 minutos para contarme las razones por las qué el protagonista principal se ha convertido en tal, en francotirador; si todo ese tramo me lo hubiera ido desgranando e intercalando en todo el metraje, con la intensidad que hay de la guerra y de ese ojo por ojo que tanto me muestra, los 132 minutos se me hubieran hechos más livianos.
Tampoco me creo que él mismo pase de cometer un crimen y auto flagelarse a automáticamente hacerlo cuál máquina, ahí hay algo que me chirría o que me falta, me están mostrando a las personas como meras herramientas y no como seres humanos, los bajones emocionales que muestran fuera de combate entiendo que los tendrán en todo momento, incluso más cuando están en la vorágine del lugar.
La interpretación de Bradley Cooper es buena, incluso me gusta más cuando se encuentra en el terreno del campo de batalla, que cuando está en el terreno personal, ahí es como si diera un bajón interpretativo, pero realmente, es que está dando un bajón moral, Eastwood ha manejado bien esa faceta de mostrar las dos caras de la persona en dos ambientaciones diferentes.
Lo que me parece interesante y creo que es algo que la segunda mitad de la película lo refleja muy bien, y para mi gusto es lo esencial, son los traumas que dejan las guerras en las personas, las desidias por sus vidas anteriores, sus temores escondidos en sus mentes olvidadas en esos campos de batallas tan poco humanos. Además me parece también interesante el hecho de que haya introducido en varias tomas a activistas de la guerra a mujeres algo poco habitual en cintas de éste tipo.
Algo de la estética de la película que me ha parecido cautivador son esos planos aéreos que nos muestran la estratégica que hay en el suelo, y como se mueve todo cuál marionetas, además ahí se detiene lo ralentiza y se recrea en la ambientación, muy logrado esa parte.
Si hay algo que suele destacar en los trabajos de Clint Eastwood y contienen una gran esencia suya es su música, aquí particularmente aunque la banda sonora la comparte con Ennio Morricone, solo reconozco la singularidad de las melodías de Eastwood en dos secuencias que se ha tomado la licencia de introducir dos melodías a piano que tanto le caracterizan.
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