Lo que puede resultar de inicio banal e intrascendente se vuelve convulsivo e intenso con el trascurrir de las horas.
Crítica de Fuerza Mayor.
Vivir en una burbuja con una vida idílica de puertas para fuera incluso para dentro, es algo que seguro a muchos le puede incluso hasta sonar, pero siempre, siempre hay un detonante que hacen que las chispas salten y que todo explote cuál avalancha.
Esa avalancha de nieve que aquí en Fuerza mayor ejerce de pura metáfora, en un guion medido a la perfección para llevar a los extremos a sus personajes.
Una familia ejemplar en todos los aspectos pasa sus vacaciones de inviernos en los Alpes, el tiempo está a su favor, el sol luce todo el día y las pistas están en su punto, pero mientras tienen un tiempo de descanso en el restaurante, con vistas a las montañas, una avalancha de nieve se les viene encima. Cuando se recuperan del susto y todo parece volver a la normalidad, hasta que la madre de ésta familia modelo se encuentra sola con sus dos hijos y su marido no se encuentra a su lado. Los daños emocionales serán mucho mayores que los materiales que ha causado la nieve, lo que se pudo quedar en una mera anécdota ahora será el detonante de buscar muchas verdades.
Fuerza Mayor es de esas películas interesantes e enigmáticas que uno saborea con el paso de los días y saca mucho más contenido que al principio, es mucho más reflexiva de lo que al principio parece, lo que puede resultar banal e intrascendente en un primer instante se vuelve convulsivo e intenso con el trascurrir de las horas.
Contiene una energía brutal con los cambios de contrastes tantos de imágenes como de sonidos, pasamos de unos colores oscuros y difusos a otros totalmente claros y marcados que enfocan los personajes y sus circunstancias, y de una música relajada a unos tonos altos que nos incitan o revelan un cambio de ritmo en la trama.
Nada se deja al azar en el guion que parece envuelto en varias capas se va desplegando lentamente para desvelarnos el interior de cada personaje y lo que cada uno esconde. Ruben Östlund con gran habilidad ha dirigido y escrito el guion que aunque siendo una película que navega dentro de las riendas del drama, no nos tenemos que perder la parte cómica que contiene el film, un tanto irónico, muchos dirían que incluso humor negro, que contrasta a la perfección con la carga de profundidad emocional que hay de fondo en esa pareja protagonista.
Me gustó mucho como ha manejado el director el hecho de las discusiones dentro de la película siempre desde la distancia, con un objetivo de cámara casi voyeur, como si todo el mundo les estuviera observando y eso incluso les hiciese retraerse para decirse lo que sienten en cada momento. Ahí se desvela la incapacidad del ser humano de enfrentarse a las dificultades por el miedo a las consecuencias, parece incluso una clase terapéutica.
Pues si veis la película ya veréis en qué momento dado todo sale a la luz, sintiéndolo mucho no hay spoiler lo tendréis que descubrir vosotros mismos.
Crítica de Fuerza Mayor de Susana Peral.