Aquellos que disfrutaron enormemente con cintas como Full Monty o Billy Elliot creo que se lo pasarán muy bien con esta comedia.
Crítica de Pride (Orgullo).
La experiencia con esta cinta ha sido tremendamente agradable. Han sido dos horas de una montaña rusa de emociones. Una cinta que conmueve, que impacta, desde el primer minuto hasta el final.
Esta comedia con tintes dramáticos supone un buen entretenimiento y también un pequeño oasis entre los estrenos próximos. Aquellos que disfrutaron enormemente con cintas como Full Monty o Billy Elliot creo que se lo pasarán muy bien con Pride.
Basada en hechos reales, la cinta nos sumerge en la Inglaterra de comienzos de los 80, recién llegada Margaret Thatcher al gobierno de un país desgobernado, sumido en una profunda crisis económica y moral. Tiempos en los que la homosexualidad es totalmente visible, ya se habla de gais, de lesbianas, pero se hace con pudor, con miedo y con la permanente losa de los prejuicios. Pero la cinta no solo nos refleja la situación social de estos colectivos, sometidos a la ignominia. También eran unos años en los que la Dama de Hierro decidió coger la tijera y arrasar con todo lo que sonase a despilfarro.
¿Quiénes fueron las primeras víctimas de esto? Los mineros, causando una situación muy grave, especialmente para las pequeñas localidades de Gales, cuya economía se basaba fundamentalmente en la extracción del carbón. Ignorados por todos, los mineros ven un día la luz al final del túnel, gracias a un grupo de chicos jóvenes comprometidos con las causas humanas: Mark, Gethin, Joe, Steph y muchos más. Solo hay un inconveniente: son gais.
Y enseguida los miedos cobran protagonismo. Pero es aquí precisamente donde reside la esencia del film, en cómo las personas somos capaces de luchar contra lo que nos separa para poder estar unidos y ser más fuertes, juntos. Todo ello impregnado de momentos cómicos memorables, aunque siempre con el tinte dramático que la situación requiere.
Pero desgraciadamente, en el rumbo final de la película, la ideología política sustituye los elementos agradables de una comedia desenfadada y la cinta se acaba convirtiendo en un manifiesto obrero de corte panfletario. Soy plenamente consciente de que nos están contando una historia real adaptada. Soy perfectamente consciente de que es una película testimonial, donde se nos transmite cómo eran esos años, qué ocurría en ese país y qué pasaba con su gente. Independientemente de esto, bajo mi punto de vista, es un camino equivocado para la cinta. Sobre todo lo digo por salvaguardar la coherencia de la misma. No digo que haya que eliminar el tinte político, sino simplemente dejarlo en el subtexto, sin profundizar demasiado, sobre todo si lo que se quiere es que el espectador disfrute de forma relajada.
Como digo siempre, esto no es más que una valoración personal y subjetiva, y además tampoco tiene demasiada importancia, porque el conjunto del film es realmente genial y logra que nos lo pasemos muy bien.