Un cuento para adultos, como reza en la novela de Mathias Malzieu. Un ejercicio de talento y de meticulosidad.
Crítica de Jack y la mecánica del corazón.
El no enamorarse es como poner puertas al mar, el enamoramiento surge de manera inesperada y uno no se explica como ha llegado a tal estado de enajenación, si ante ese echo mágico se te tiene vetado desde la infancia con frases como que enamorarse puede dañar seriamente tu salud. Jack y la mecánica del corazón tiene todos los ingredientes de una película romántica porque ahonda en el amor y el desamor no dejando de lado ningún detalle, ni siquiera el de las espinas.
En Edimburgo nace un niño llamado Jack en una noche muy fría, este motivo es el que congelara su corazón, la madre a su pesar se lo encomendó a la Dr. Madeleine una bruja buena que le sustituye el corazón congelado por un reloj de cuco para que pueda vivir. Mientras el niño crecía feliz en compañía de unos personajes muy curiosos, Madeleine le va inculcando tres cosas muy importantes para su vida; La primera es no tocar las agujas del reloj que hace de su corazón, segundo que controle la ira y tercero y la más importante que no se enamore jamás. El primer día que visita Edimburgo se encuentra con una cantante callejera llamada Miss Acacia y queda prendado de ella, y ahí empezará su particular odisea en busca del amor.
Estamos ante una gran obra creativa, muy visual, un trabajo meticuloso con frases muy contundentes que bien pueden ser aplicadas en nuestra cotidianidad. Este trabajo se puede encuadrar en cine de animación de género drama romántico y musical. Basada en la novela La mecánica del corazón, fielmente creada con los dibujos de la creadora de la portada del libro, Nicoletta Ceccol.
Jack y la mecánica del corazón es un trabajo de animación de estética gótica, un tanto tenebrosa y lúgubre, ambientada en el siglo XIX. Recuerda mucho al mundo Tim Burton o a Los mundos de Coraline, incluso tiene ciertas influencias del Circo del sol, con personajes animados con cabezas grandes, cuerpos finos un tanto desproporcionados y andares pausados, todo en un color apergaminado y tétrico, melancólico en algunos casos. Las imágenes armonizan muy bien con una música contemporánea a tener muy en cuenta, con la singularidad de que el propio Mathias Malzieu que no solo es el autor del libro de éxito en el que está basado el filme, si no que dirige junto a Stéphane Berla, y compone la totalidad de la banda sonora con el grupo Dionysos del que es vocalista y que goza de gran éxito en el país galo, junto con Dionysos, Olivia Ruiz y Emily Loizeau entre otros ponen voz a los personajes y les insuflan gran personalidad con diversos números musicales que envuelven a las imágenes en una armonía poética.
Jack y la mecánica del corazón es “un cuento para adultos” como reza en la novela de Mathias Malzieu. Un ejercicio de talento y de meticulosidad, en todo momento se aprecia un especial interés por crear un mundo especial y único a pesar de que recuerde a los mundos anteriormente nombrados. Es pura sensibilidad, belleza llena de magia surrealista. Es una película muy francesa por como manejan los vecinos los temas del corazón, a su vez la película hace guiños a España, al Quijote y a la Mancha, cosa que alegra y sorprende gratamente. La fotografía embauca y seduce por su calidad y todo en conjunto hace que el espectador disfrute de cada minuto de metraje.