Crítica de Cherry Pie
… el director Lorenz Merz ha logrado crear un personaje carismático con enganche visual y emocional.
Recién acabado el Festival Cinema Jove de Valencia hace unas semanas llegó a nuestras carteleras de cine una de las películas premiadas en la pasada edición.
Cherry Pie de Lorenz Merz que se llevó el premio Luna de Valencia al Mejor Largometraje.
Zoé es una joven que huye de sí misma y de su pasado sin rumbo fijo. Para ello se sube a un ferry en dirección norte, ahí comenzará una nueva vida incluso huyendo de más situaciones, las que se crean a su alrededor, pues en el ferry desaparece una mujer. Ahora su viaje es interior y exterior, vestida con un abrigo que no es suyo, deambulará sin destino fijo intentando olvidar y sobrevivir.
Road movie en un film totalmente de cine independiente, inclasificable pues te embebes en sus derroteros, en sus imágenes, en sus sonidos, y sobre todo en sus silencios aplastados por la actuación de Lolita Chammah, que es enigmática en todo el metraje, y aguanta la cámara con gran sobriedad y elegancia.
Mantener todo el metraje en un personaje no es fácil, pero aquí en Cherry Pie está muy bien conseguido; el director Lorenz Merz ha logrado crear un personaje carismático con enganche visual y emocional, no mostrando todas sus cartas desde el primer momento y piano, piano va soltando pinceladas del porqué de esas situaciones y ese viaje emocional interior.
La actriz es totalmente absorbente capta todo lo que tiene a su alrededor y lo integra en su personaje, alguien perdido emocionalmente en busca de sí mismo, huyendo al mismo tiempo de ella y de su vida anterior.
Una tonalidad visual suave la de cinta incluso por momentos tiendes a pensar que el film están grabado en blanco y negro, hasta que toques de colores vivos te resaltan, características que en la protagonista quieren enfatizar, un carmín, una prenda de vestir, pero todo ello muy sutil.
Puede que el hecho de que evoque a cine en blanco y negro es porque recuerde a un cine con consistencia, con fondo y con mucho poso, pero sin mayores necesidades de efectos, solo una cámara que sigue a un personaje, observándole desde corta distancia e integrando sonidos tan naturales que puedes incluso pensar que no salen de la cinta si no que son de tu ubicación, todo el conjunto narrativo y visual está muy bien mezclado.
Sí hay que recalcar que la fotografía es estupenda y que emana humanidad. Esta faceta de la película también está llevada a cabo por Lorenz Merz como la dirección y el guión, añadiendo además que es su primera película.