Crítica de El Último Cazador
Un thriller con un comienzo seductor y una trama pausada, llena de misterio, intriga y un suspense sostenido
El cine australiano nos vuelve a traer otro trabajo destacado como ya lo hizo con Mad Max, Babadook o El maestro del agua.
Mirar la cartelera y observar que Willem Dafoe hace de protagonista en un largometraje es tentador a la hora de tomar una decisión para ver una película en la cartelera, y si estamos hablando de cine en verano… el círculo se cierra y la decisión se hace más fácil, el cartel publicitario ya de por sí es llamativo por lo tanto si minimizan los riesgo de tomar una decisión desacertada.
El cine australiano nos vuelve a traer otro trabajo destacado como ya lo hizo con Mad Max, Babadook o El maestro del agua sin ir más lejos en el tiempo, sin duda se ha convertido en un referente a tener en cuenta como alternativa a otro tipo de cine más convencional.
El último cazador cuenta como un cazador profesional (Martín) es contratado por una universidad para encontrar a un tigre de Tasmania, un animal extinguido pero que ha sido visto ocasionalmente, la llegada de este cazador a una aparente tranquila localidad de Tasmania rodeada de bosques se verá turbada por diferentes intereses y focos que entrarán en conflicto con las intenciones de este cazador interpretado por Dafoe. Por otra parte Martin se alojará con una familia compuesta por una madre y dos chicos, una niña y un niño y formará una subtrama dentro de la trama general del largometraje.
The hunter su título original es un thriller con un comienzo seductor y una trama pausada, llena de misterio, intriga y un suspense sostenido que se diluye un poco al final con misterios que se quedan un poco descolgados. Tiene una imagen ochentera muy atractiva para el espectador, tiene los colores apagados y eso le da una fotografía a la película muy destacable, la música está muy cuidada en todo momento, en general The hunter está llena de matices que van atrapando.
Actuación encomiable como es de esperar de un actor de la talla de Willem Dafoe que no defrauda en ninguno de sus trabajos, aquí con unos registros extremos; fortaleza y sensibilidad llenan la pantalla con sus ya consabidos rasgos tan marcados, tan solo su presencia garantiza. Sam Neill el veterano actor del Piano sin tener un papel destacado es un puntal interpretativamente hablando.
El último cazador es un oasis en el desierto de la cartelera de verano por lo tanto merece la pena ir a verla.
Me encanto. Una gran pelicula