Uno de los cortos seleccionados para la exhibición dentro de la Muestra 2015 por los socios y voluntarios.
Ya en el meridiano de la IV Muestra de Cine de Ascaso, nos llega el turno a los cortometrajes, y uno de ellos, Yaya Crochet, ha creado una iniciativa para reivindicar algo que Ascaso lleva pidiendo hace tiempo por gran necesidad, una farola que alumbre la calle única del pueblo y de paso solicitar el tener una luz propia en el pueblo que pueda abastecer a las casas que tiene, y a este humilde festival que sin la luz no podría funcionar y que ahora mismo se cubre por otras vías el mantenimiento de esa energía tan necesaria hoy en día para todo.
Lo breve normalmente dos veces bueno y el corto de Yaya Crochet, que apenas dura algo más de dos minutos, ha sido uno de los seleccionados para la exhibición de cortos dentro de la Muestra de Ascaso de 2015 por los socios/voluntarios.
Yaya Crochet son de esas historias especiales que te calan y te llegan al corazón, por su profundidad y sencillez, y por el realismo que en todo ello lleva implícito. Si algo breve da para crear una iniciativa o para dar mucho que hablar es que el mensaje ha llegado muy directamente.
La historia no deja de ser algo cotidiana y diaria, una vida solitaria por los golpes de la vida donde los demás desde fuera, en este caso la hija, le piden que se busque una afición, un entretenimiento, pero la vida se encargó que el personaje no tuviera alicientes pero si una base, y al ver una imagen su imaginación se echa a volar y lo que siempre ha hecho: el crochet, lo hará para adornar su vida y los alrededores de su casa, sin que nadie sepa que es ella la responsable de ese colorido tan vital, eso mismo que ella ha recuperado, la vitalidad y la autoestima.
La autoestima es de esas asignaturas pendientes que todas las personas tenemos en la vida, y la importancia y relevancia de ella, para vivir no nos damos cuenta hasta que por un motivo y otro la misma sale a relucir, pero casi siempre por su carencia.
Unos voluntarios de Ascaso después de visionar el corto, y con las precariedades que la localidad tiene, propusieron que una de las farolas (que no funciona) y parte del mobiliario de la era del cine fueran adornador con trozos de crochet coloridos y así acompasar con el mensaje una protesta reivindicativa para pedir que Ascaso tenga su propio alumbrado.
Aquí hay que buscar la solidaridad, y desde luego hay que ver como la gente se vuelca con pequeñas propuestas pero que finalmente son grandes batallas que granito a granito se pueden ganar. Porque al final cuando uno está inmerso en la Muestra de cine de Ascaso, uno se da cuenta que Néstor y Miguel, los responsables del festival, abogan por lo colectivo dejando de lado lo individual para buscar un bien común.