Todo está impregnado de un mensaje positivo, incluyendo esas escenas con referentes cinéfilos infantiles, que cualquier pequeño identificará.
En muchas ocasiones las obras infantiles tienen un poso y una sabiduría que encajará el público adulto a la perfección, pues las enseñanzas en la vida son diarias, y la convivencia con los más pequeñas de las casa son toda una lección de vida y como muestra la obra que a continuación os detallo A la luna.
Corren los años 60, y Tara pasa los veranos en la granja de su abuelo observando las estrellas junto a él y escuchando las historias al respecto de la galaxia. El resto del mundo está pendiente de la carrera espacial, pero ella está viviendo su propia aventura y sueño, la que le crea su abuelo con respecto a un viaje a la luna. Pero un día él desaparece y Tara decide comenzar la misión más importante de su vida, rescatarle y que vuelva a la tierra junto a ella y al mismo tiempo salvar a luna junto a una bandada de gansos.
Un telescopio y una luna que nos hará volar la imaginación junto a una niña y su abuelo, y en ese conjunto uno no podrá dejar de pensar en los comienzos del cine, aunque estemos ante un evento teatral, por esos dos factores iniciales mencionados. Pero sobre todo por el montaje que fusiona cine y teatro, dos culturas que de la mano nos mandan unos mensajes en imágenes donde hay mucha enseñanza, respecto, valores y educación para todos los públicos.
A la luna contiene dibujos animados, escenarios que van cobrando vida, planos invisibles y con una sola actriz, todo ello en una coctelera donde lo más importante es el mensaje de fondo pero pintado con la fantasía necesaria para que la realidad que se expone no sea tan directa.
Un espectáculo ágil, dotado de una gran frescura, de una gran interpretación que va a un ritmo muy trepidante como las imágenes que se solapan en el escenario, y que en su conjunto es un regalo visual. Sin dejar de lado que la combinación de la música está muy bien coordinada para que los más pequeños disfruten de todos los planos y de toda la actuación y comprendan lo que se expone en un guión con mucha sensibilidad. Sin dejar de lado a los padres, que conocerán las canciones, por lo tanto un espectáculo para todos, con fondo y con sentimiento.
Además todo está impregnado de un mensaje positivo, incluyendo en esas escenas cinematográficas referentes cinéfilos infantiles, que cualquier pequeño identificará perfectamente, para que el ambiente creado sea para ellos mucho más cotidiano.
A la luna se podrá ver todos los domingos del mes de Noviembre en Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid.