Crítica de Life
Anton Corbijn, a pesar de que retrata la figura del mito débilmente, a través de las fotografías publicadas en la revista Life…
FICHA TÉCNICA
Director: Anton Corbijn
Guion: Luke Davies
Productor: Iain Caning, Benito Mueller, Wolfgang Mueller, Christina Piovesan, Emile Sherman.
Intérpretes: Robert Pattinson, Dane DeHaan, Alessandra Mastronardi, Ben Kingsley…
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Música: Owen Pallett
Montaje: Nick Fenton
Año producción: 2015
Un director muy musical
Anton Corbijn (Holanda, 1955) es un reputado fotógrafo y director de videos musicales para grupos como Depeche Mode, Coldplay, Arcade Fire, entre muchos otros. En cuanto a su trabajo como realizador de películas, su andadura comenzó en 2007 con ‘Control’, que narraba los últimos años de vida del cantante Ian Curtis, perteneciente a la banda Joy Division, hasta su suicidio. Tras obtener buenas críticas, dirigió a George Clooney en ‘El americano’ (2010), para después dirigir a Philip Seymour Hoffman en una de sus últimas interpretaciones, en ‘El hombre más buscado’, basándose en una novela de John le Carré.
Life nos sitúa en la década de los cincuenta de Estados Unidos. Una época de esplendor, en la que se ha terminado una nueva guerra, suponiendo posteriormente el aumento de salarios y reducción de desempleo, el aumento de la natalidad y empieza a escucharse la palabra consumismo. En esta situación social, se encuentra por un lado, James Byron Dean (Dane DeHaan), joven actor que acaba de interpretar un papel en la nueva película de Elia Kazan y, por otro lado, Dennis Stock (Robert Pattinson), un fotógrafo que busca aquello que le consiga el prestigio ante los críticos. Ambos coincidirán para un trabajo profesional y personal.
El hogar está siempre en el pasado
A pesar de que Life de Anton Corbijn se pueda clasificar como dentro del género del biopic, centrándose en las figuras de James Dean y del fotógrafo Dennis Stock durante esta crítica de Life y análisis de la película haremos alusión a dos obras audiovisuales más. El biopic del año 2001, ‘James Dean: una vida inventada’ (Mark Rydell), encarnado en la figura del actor James Franco (por el que ganó un Globo de Oro a mejor actor en mini serie) y el documental, ‘James Dean: el principito y el pequeño bastardo’ (Werner Köhne, 2005).
El film de Corbijn nos ubica en varios espacios geográficos estadounidenses: Los Ángeles, Nueva York e Indiana. Los dos primeros son representados limitadamente, pero de una forma fría (despachos, entre ellos el del señor Warner) y aislada (fiestas), dejando un reflejo de la soledad, como en la imagen de James Dean, caminando bajo la lluvia en Times Square, buscando un consuelo en pastillas o alcohol. De tal manera, que se aleja de la visión que tenemos utópica sobre estas ciudades. Pero en el caso de Indiana es diferente. Indiana es el lugar donde James Dean nació y permaneció hasta que se marchó a L.A. con su abuela y unos tíos (debido a la muerte de su madre, a causa de un cáncer). Decide regresar junto al fotógrafo Dennis Stock para que tome allí las instantáneas que desee; porque es ese su hogar: humilde, puro y en que las cosas parecen ser fáciles.
En contraposición con Nueva York y Los Ángeles, Indiana es un lugar pequeño, pero hogareño, con sus costumbres y, sobre todo, de refugio y de hallar las raíces para el actor, para el James como ser humano (emotivas las imágenes de él leyendo junto a un primo pequeño), antes de lanzarse al estrellato con el estreno de ‘Al este del Edén’. Además, escribió un poema sobre su ciudad: “A mi ciudad le gusta la esterilidad industrial/ mi ciudad es pequeña y ama su retraimiento/mi ciudad prospera a base de fanatismo/ mi ciudad es grande en términos de idolatría…”
Como muy bien refleja el documental ‘James Dean, el principito y el pequeño bastardo’, él era una persona normal, que vio en la interpretación la mejor manera de expresar sus emociones. Su primera aparición en televisión fue en un pequeño spot publicitario de Pepsi Cola (marca de bebida que aparece en varias ocasiones en la película ‘Life’), para después actuar en teatro. Quizás el motivo por el que el joven James Dean daba lo máximo, física y psicológicamente, era porque buscaba la aprobación de su padre; momento reflejado cuando es seleccionado para el Actor’s Studio y rápidamente le envía una carta a su padre, de la que no obtuvo respuesta (visto en el biopic de James Franco).
Era la figura materna, la que siempre cuidaba de él y la que lo animó a leer libros (cuyo favorito era ‘El principito’ de Antoine de Saint-Exupéry), pero tras la marcha de esta, James se dedicaría su vida entera a buscarla.
¿Cómo es la figura de James Dean en los actores James Franco y Dane DeHaan?
Interpretar a un actor, que es un mito, por otro actor es ya un objetivo difícil de conseguir y más, si se trata de un joven atractivo, pero extraño, sin saber cuál es el camino que va a tomar. Partiendo de esta idea, tanto James Franco, como Dane DeHaan, hacen unos notables papeles, pero con actitudes muy diferentes.
James Franco, que interpretó el papel en el año 2001, mantenía una similitud física a James Dean, siendo un punto a su favor, pero además sacó una multitud de matices al personaje y a la persona del actor fallecido, que parece que en ciertos momentos veamos a un principito, que busca la felicidad, siendo él mismo en cada fotograma. Vemos esos andares con la espalda un poco encorvada, la voz susurrante, la fragilidad de sus brazos al actuar y la mirada de ese joven de inestabilidad emocional.
Mientras que James Franco interpreta a James Dean, en su semejanza, Dane DeHaan, le da un giro, para mostrarnos un James Dean convencional, más cercano a un hombre de su temprana edad, en los que los pequeños detalles únicos del actor, pasan a ser de la mayoría (como una imagen que la tiene en su manos, millones de personas). Por lo que las características señaladas en el anterior párrafo, carecen de relevancia para el James Dean de Corbijn, intentando profundizar más en lo que cuentan sus palabras.
No debemos olvidarnos de la otra mitad de Life, que es la del fotógrafo interpretado majestuosamente por Robert Pattinson (visto en el reciente Festival de Cine Europeo de Sevilla en la cinta ‘The Childhood of a Leader’ de Brady Corbet), cuya vida es similar a la de James Dean. Desea obtener el reconocimiento en el ámbito de la fotografía, intentando obtener imágenes que no se hayan visto antes. Además, arrastra a su espalda a un hijo, al que poco ve, pero al que debe amar como a sus fotografías (¿un posible principito errante?). Lo más significante del papel de Robert Pattinson es la entrega y la insistencia en confiar en el instinto de uno mismo y perseverar en ello.
“No quiero ser bueno. Quiero ser genial” James Dean.
Hay que destacar la banda sonora de Life en la que predomina la música jazz, la melodía que todos adoraban durante la década de los cincuenta, además del atrezo, que simula a la perfección los entornos físicos por lo que circulaba James Dean, como es el caso de su habitación con un toque taurino.
Actualmente, vivimos una época de regeneración política, democrática y social (tal y como leemos, escuchamos y vemos en la prensa), en la que intentamos buscar nuestros modelos a seguir, encontrar un mito que simbolice este cambio social, pero de momento parece que no lo hayamos (o quizás el siglo XXI no va de mitos). En este oasis, fijar la atención en la persona impactante y sentimental de James Dean nunca es tardío; él fue icono de esa mentalidad de cambio en los jóvenes, sin que lo pretendiese. Aunque, como explica un amigo suyo en el documental ya citado, sí Jimmy (como lo llamaban los amigos) levantara la cabeza y viera su rostro en camisetas y otros objetos, no le gustaría nada (buena visión de esto es que ni siquiera asistió al preestreno de ‘Al este del Edén’ dejando plantado al mismísimo señor Warner).
“Él ve la vida con los ojos de un niño; recrea la vida como un cuento”, se escucha en ‘James Dean, el principito y el pequeño bastardo’. Había una visión utópica en los ojos del actor, en la que todo parecía ser un juego de niños, buscando la felicidad en el día a día. Ajeno a las tendencias sociales, a lo que había que asumir para ser una estrella del Star System, su figura era una revelación para los fotógrafos y otras artistas.
Anton Corbijn, a pesar de que retrata la figura del mito débilmente, a través de las fotografías publicadas en la revista Life, parece más bien querer poner el objetivo tanto en la vida de James Dean como la de Dennis Stock. Ambos son dos hombres que deben afrontar el pasado (padre y familia respectivamente), están contra las convenciones y sobre todo, su futuro es incierto. El final de cada uno es muy diferente, mientras que Dennis Stock sabe cuál es su camino a seguir, James Byron Dean seguirá siendo un espíritu libre (del cual aún no se ha realizado un buen film que aporté lo que fue y es).
El 30 de septiembre de 1955 en California, un Porsche 356 Speedster, de nombre “Little Bastard” iba a una gran velocidad en carretera, provocando la muerte de un gigante principito rebelde, que sin temor halló aquella que tanto anhelaba. Si miramos al este del Edén, siempre lo veremos con su media sonrisa.
Life se encuentra en las salas de cines bajo la distribución de Vértigo Film.