Crítica de La Academia de las Musas
La academia de las musas consiguió el Giraldillo de Oro a la Mejor película en el pasado Festival de Sevilla.
Una película para deleitarse con la palabra y sus diálogos, con la interpretación de la poesía…
Hacía tiempo que una película no buscaba tanto en los recovecos de mi mente interpretación al respecto de cada una de las partes implicadas en la película como me ha pasado con La academia de las musas, y es que José Luís Guerín se jacta de decir que deja al espectador que interprete el visionado, pero hay tantas lecturas como cambios de hora tiene un día.
Pero ojo que La academia de las musas no es solo para dedicarse a pensar, eso dependerá de cada persona, es una película para deleitarse con la palabra y sus diálogos, con la interpretación de la poesía y la controversia de la rivalidad del poder hombre y mujer en la supremacía en la pareja, en las relaciones y como no, en ver como uno puede cambiar de parecer dependiendo si la objetividad llueve de un lado o de otro.
Un profesor de filología quiere a través de la poesía e inspirándose en clásicos tener una clase donde la base se llame La academia de las musas y se pueda llegar al pensamiento por medio de la poesía y sus reflexiones. Este proyecto que hace muy partícipe al alumnado, conlleva situaciones que están poderosamente llevadas por el deseo a través de la palabra, y todo esto le traerá problemas en su día a día al profesor, pues su mujer dudará de sus métodos y sus fines.
Aunque por momentos la ambigüedad me pareciera que partiera por parte del director, finalmente he de reconocer que es su capacidad de extracción hacia el espectador lo que crea esa inquietud y lo que nos hace dudar, y ahí está lo bueno, la diversidad de matices que se mueven en cada escena y cada reflexión que puede aparecer con cada una de ellas.
Y el hecho que uno vaya cambiando de opinión a medida que piensa el contenido o dependiendo del día que tenga, no me parece para nada algo negativo todo lo contrario, me da un aire de libertad en guion dejando abierto todo a la libre interpretación, sin cerrar puertas y abriendo caminos de debates sobre la palabra y sus distintos significados y sus posibles dobleces ante las miradas de los demás.
Porque partiendo de la base que de primeras pude llegar a pensar que el mayor poder expuesto en La academia de las musas se me antojaba bastante machista en su exposición, con el paso de los días, me parecía que contenía un cierto énfasis para hacer que la mujer saliera de su ensimismamiento cautivo por el hombre, y aunque pudiera parecer lo mismo, objetivamente no sería exacto, estarían en planos y caminos distintos, sería darle poder a cada uno de ellos de diferente manera.
El guion enfoca el poder de la manipulación del ser humano, porque aquí en distintas escenas no solo es el hombre el que provoca, también han secuencias donde son dos mujeres las que luchas palabra por palabra por tener la razón, y llevarse la medalla.
Guerín con sutileza y sin grandes medios ha sabido llevarnos por derroteros muy intimistas que no siempre realistas, pero que dan mucho que pensar. Además realiza varios giros en el metraje que parece que va a descolocar al espectador y es todo lo contrario, hace encajar aún más las piezas del puzle con respecto al personaje principal y su Academia de las musas en sus clases.
La academia de las musas consiguió el Giraldillo de Oro a la Mejor película en el pasado Festival de Sevilla y ahonda en la naturaleza del amor, los diferentes posicionamientos que cada persona tiene ante ello y como puede influir la poesía.