Una cinta mediocre que pretende emular las grandes producciones de los cincuenta con un presupuesto reducido.
Las películas bíblicas vivieron su gran esplendor con el surgimiento del Cinemascope. De hecho, la primera cinta estrenada en este sistema de filmación fue La túnica sagrada. El largometraje, dirigido por Henry Koster en 1953, seguía los pasos de un tribuno que presenciaba la crucifixión de Jesús y se convertía en cristiano. Su éxito generó una serie de superproducciones de temática religiosa que marcaron una época dentro de Hollywood.
Más de sesenta años después de aquel hito llega a la gran pantalla Resucitado, un filme que recuerda por su argumento a ese título imprescindible del cine cristiano. Al igual que aquél, nos encontramos con un romano que presencia la muerte de Cristo y, mientras investiga la misteriosa desaparición de su cuerpo, empieza a convertirse poco a poco en creyente.
Resulta curioso que se haya recurrido para llevar a la gran pantalla a un director de acción como Kevin Reynolds. Recordemos que el cineasta estadounidense se hizo un nombre gracias a cintas como Robin Hood, príncipe de los ladrones y la problemática Waterworld. No obstante, a pesar de lo agitado de aquella producción acuática, el realizador ha logrado permanecer activo con cintas como 187, mentes peligrosas, La venganza del conde de Montecristo, Tristán e Isolda o la miniserie de televisión Hatfields & McCoys.
En Resucitado, el director estadounidense da muestra de su talento en las escenas de lucha y acción que salpican la película. Por el contrario, el resto del largometraje, especialmente la investigación acerca del cuerpo de Cristo y el particular viaje que emprende su protagonista con los apóstoles, están mostrados con una sosa corrección que solamente provoca aburrimiento. No ayuda demasiado al resultado final unos efectos visuales que alcanzan lo risible con la desaparición final de Jesús.
Pese a encontrarnos en una cinta mediocre que pretende emular las grandes producciones de los cincuenta con un presupuesto reducido, cabe destacar, además de las citadas secuencias de acción y la belleza de los parajes españoles que han servido como decorado a la película, la interpretación de Joseph Fiennes, que logra hacer creíble a ese militar harto de la guerra que se acerca poco a poco a las creencias del hombre que debía perseguir. Por el contrario, Tom Felton, actor que ganó cierta popularidad como el malvado Draco Malfoy en la saga Harry Potter, no acaba de convencer como el joven militar a las órdenes del protagonista que no entiende la actitud de su jefe.
En resumen, Resucitado no se distancia demasiado de las algo aburridas producciones televisivas sobre pasajes de la Biblia que han proliferado en las últimas décadas, pero se encuentra lejos de las películas épicas del viejo Hollywood a las que quiere parecerse. Quizá lo más divertido, especialmente para los espectadores españoles, sea reconocer en pequeños papeles a intérpretes habituales en el cine y la televisión nacional, como María Botto, Luis Callejo, Jan Cornet, Paco Manzanedo, Tomás Pozzi o Antonio Gil, entre otros.
Crítica de Resucitado
Resucitado no se distancia demasiado de las algo aburridas producciones televisivas sobre pasajes de la Biblia que han proliferado en las últimas décadas.