Una película muy original con Jake Gyllenhaal reivindicándose como un actor a tener muy en cuenta.
Presentamos Demolición, un trabajo rompedor en forma de comedía de corte dramático.
Esta curiosa película que llega a las pantallas de cine mañana 1 de julio, es como un oasis en el desierto. Demolición nos trae una reflexión sobre como el ser humano afronta el duelo por una pérdida de un ser querido. Como la disonancia interna de cada persona no se calma hasta que no llega el sosiego y conseguimos la paz interior.
Como cada uno canaliza ese dolor de una manera diferente tan solo salvable cuando llega el desahogo para apaciguar y aliviar cuando él quiera, marcando sus propios tiempos.
Jean-Marc Vallée nos cuenta la historia de Davis, inversionista de Wall Street y su esposa de clase social favorecida que sufren un terrible accidente donde pierde la vida su joven esposa Julia, esto provoca en su marido una especie de rebeldía y cierta liberación al destruir todo lo que le rodea, canaliza el dolor buscando el despiece de las máquinas que llaman su atención.
En ese camino hacia la calma encuentra a una mujer, Karen (Naomi Watts), del departamento de atención al cliente de las máquinas expendedoras del hospital donde vela el cadáver de Julia, que se cruzará en su vida llamada por la curiosidad de un personaje tan extraordinario, el mal funcionamiento de la expendedora de alimentos hará que Davis le mande una carta de reclamación donde se desahoga en cuanto a todo lo sucedido.
Es curioso que en ese estado de liberación y enajenación que experimenta es lógico que todo sus actos estén mal visto por su familia y entorno en cambio se contradice con la capacidad de ayudar a otras personas.
Demolición es un filme muy interesante que recuerda a Caos Calmo de Antonello Grimaldi pero esta con el Caos violento, una película entretenida, llena de lecturas, con ciertos toques de desconcierto, dinámica en la trama, con constantes giros que enriquecen y un guión cuanto menos prolífico.
Es un alegato al sentimiento puro, a la libertad de expresión en cuanto a lo establecido, dejar fluir los miedos, los desajustes, a trazar uno mismo las pautas del dolor provocado por una vida sesgada, por un varapalo sin que nadie te diga como debes canalizar ese sentimiento.
Un largometraje exuberante muy recomendable que viene de Canadá.