Puntuación:
Hannes Holm su director ha sabido conjugar muy bien la comedia con la tragedia, ha combinado de manera excelente esos puntos en un trabajo muy bien estructurado con mucho ritmo y cuidando en no caer en el dramatismo gratuito, sin recrearse en lo desgarrador.
Desde Suecia nos llega este trabajo avalado por la nominación a los Oscar como mejor película de habla no inglesa.
A mi particularmente estas nominaciones son las que más miro y las que más me interesan, porque muy pocas de esas que nominan en esta categoría me defraudan y así ha sucedido con Un hombre llamado Ove.
Un hombre llamado Ove cuenta como Ove (Rolf Lassgård) un señor de 59 años vive en un barrio residencial tranquilo e idílico en apariencia pero no tiene una buena relación con su vecindario debido a su estricta manera de ver la vida, su gran sentido de la responsabilidad choca con todo lo que le rodea, Ove es viudo y acaba de ser despedido de la empresa en la que ha trabajado toda su vida, lo único que le motiva es el suicidio para estar al lado de su esposa Sonja a la que visita a menudo para contarle los pormenores a los que se enfrenta.
Todos los intentos de suicidio son fallidos en el momento cumbre de la muerte, antes de cada uno le llegarán los recuerdos como flashback que resolverán los motivos reales que le llevan a querer reencontrase con su esposa. Sus desencuentros con todos los seres humanos que le rodean son variopintos desde los recelos con su vecino parapléjico, al choque cultural de una familia por ser la chica iraní y a todo aquel que infringe las normas básicas de convivencia haciendo de ello su leitmotiv.
Estamos ante una pequeña gran película, una tragicomedia mayúscula, muy dinámica e hipnótica en la que no importa que llegues tarde al cine y estar la película empezada que al minuto estas atrapado en ella, culpa de ese personaje tan carismático y gruñón El señor Ove que a su modo es capaz de enamorar y que te va atrayendo a medida que avanza el filme y ya no solo por su personaje que es fantástico y su trama emotiva, si no por la luz que desprenden sus imágenes y lo idílico de su entorno.
Podríamos decir que es un trabajo sobre búsqueda de la paz interior pero es algo más; es más la búsqueda de la paz interior a Ove, que le persigue sin que él se dé cuenta.
Hannes Holm, su director, ha sabido conjugar muy bien la comedia con la tragedia, ha combinado de manera excelente esos puntos en un trabajo muy bien estructurado con mucho ritmo y cuidando en no caer en el dramatismo gratuito, sin recrearse en lo desgarrador.
Lo hace sublime y ahonda más en la parte humorística para hacer de este filme algo extraordinario. Imprime sensibilidad a los personajes que rodean a Oven para que él se impregne de ellos, Holm es un prestidigitador, ha tratado con mimo la atmosfera de su metraje convirtiendo la sencillez en elegancia y sofisticación.
Desde luego es una película cautivadora y llena de sutileza, Un hombre llamado Ove sabe cómo un donuts en tiempos de dieta.