Puntuación:
Lo tuyo y tú es, en definitiva, una película recomendable para todo amante del cine romántico, coreano, de autor o simplemente sosegado; un lento, bonito y atractivo ensayo sobre el amor, la identidad individual y en pareja, las relaciones y los cánones sociales.
La historia muestra al espectador lo que quiere, no lo que tiene que mostrar, sirviéndose de la elipsis para contar algo.
Una relación amorosa puede resultar desalentadora si la personalidad de sus integrantes es tan fuerte e independiente que, en ciertas ocasiones, la razón y el individualismo dominan los sentimientos y se imponen.
Lo tuyo y tú, película coreana de autor, pieza del reconocido Hong Sang-soo, reflexiona en un tono cómico-dramático sobre este concepto romántico en un ambiente costumbrista, tomando como escenario los callejones de Yeonnam-dong, un barrio residencial de la ciudad de Seúl.
Protagonizada por Kim Joo-hyuck y una joven y sobresaliente Lee You-young, esta historia tiene como detonante una conversación entre el pintor Youngsoo y su amigo. Éste le confiesa que por el barrio han visto a Minjung, la novia de Youngsoo, tomarse unas copas con un hombre y pelearse con él. Esa misma noche la pareja discute por el reciente rumor, y Minjung sale de casa, diciéndole que deberían dejarlo durante un tiempo.
Al día siguiente Youngsoo va en su busca, arrepentido por sus precipitadas acusaciones, pero no logra encontrarla, y así reiteradamente. Al mismo tiempo, en Yeonnam, una mujer idéntica a Minjung tiene citas con distintos hombres. Youngsoo, sin tener más noticias suyas, vaga por las calles frustrado, peleándose consigo mismo y con el mundo.
El filme, que se estrenará en España este mes de abril, obtuvo la mención a mejor director en el Festival de San Sebastián (2016).
Crítica de Lo tuyo y tú
Hong Sang-soo, director reconocido a nivel internacional y excelente embajador del cine coreano por el mundo, plantea una película extremadamente simple en sus formas y planteamiento, pero elevada gradualmente al máximo con la sucesión de cada una de sus escenas; todas ellas rodadas con un sello de calidad técnica imprimido, originales y rompedoras por los zooms de cámara dramáticos, la visión estética de las calles y los planos fijos mudos -capricho del autor-.
La historia muestra al espectador lo que quiere, no lo que tiene que mostrar, sirviéndose de la elipsis para contar algo. Es de este modo que la trama asume la complejidad necesaria para atraernos y captar nuestra atención entre largos diálogos aparentemente banales y de lo más cotidianos, aunque ciertamente divertidos, y una situación contradictoria que trabajada por otro cineasta no hubiera llevado a ninguna parte.
Pero es sobre esta contradicción que se construye el grosor de la película, una incoherencia dudosa que nos absorbe y obliga a seguir con atención lo que rápidamente se convierte en una genuina caricatura del flirteo nocturno, las copas y el libertinaje, todo ello representado por unas interpretacions sorprendentemente buenas y creíbles, en especial la de la inteligente e innocente Minjung.
Paralelamente está Youngsoo, que vive en sus carnes un episodio de desamor muy trascendental, por el que nos regala alguna reflexión nihilista sublime. La negación y renuncia de todo, a cambio del amor, le lleva a sobreponerse a la sociedad -y sus estrechos cánones de comportamiento- y luchar por lo único que vale la pena, Minjung, pero quizás sea demasiado tarde, y Minjung ya no exista…
Lo tuyo y tú es, en definitiva, una película recomendable para todo amante del cine romántico, coreano, de autor o simplemente sosegado; un lento, bonito y atractivo ensayo sobre el amor, la identidad individual y en pareja, las relaciones y los cánones sociales. Un ejemplo cinematográfico perfecto de la belleza surgida en lo humanamente diferente.
Crítica de Raimon López.