Puntuación:
La cinta asume sin complejos todo lo que se puede esperar de una producción de época típicamente británica: diálogos inteligentes y con un poso humorístico, espléndidas interpretaciones de todo el reparto y una maravillosa recreación del tiempo y el lugar donde transcurre la acción.
Agradable mezcla de comedia y drama que destaca por sus interpretaciones y una maravillosa recreación de la Gran Bretaña de la II Guerra Mundial.
Lone Scherfig se hizo un nombre como directora con Italiano para principiantes, una mezcla de comedia y drama que se convirtió en uno de los títulos más comerciales del movimiento Dogma. No obstante, después de Wilburg se quiere suicidar, la cineasta danesa fue asumiendo un estilo más académico e inequívocamente británico, y centrándose en historias románticas donde los personajes femeninos son los grandes motores de la trama. Los principales ejemplos de ello los tenemos en la interesante An Education y la menos redonda One Day (Siempre el mismo día).
Su mejor historia se encuadra dentro de esta corriente de la filmografía de la realizadora. En esta ocasión nos encontramos con una joven que asume la función de guionista de una producción propagandística cuando la mayoría de los escritores británicos se habían marchado a luchar a la II Guerra Mundial.
El filme muestra el machismo que reinaba en la sociedad y el mundo cinematográfico de aquel tiempo, pero también aborda la historia de una mujer con capacidad para crear tramas y personajes interesantes que se debate entre su pareja habitual, un pintor herido en la Guerra Civil Española, y el algo presuntuoso guionista con el que trabaja en un largometraje de propaganda que quiere llegar al público femenino.
La cinta asume sin complejos todo lo que se puede esperar de una producción de época típicamente británica: diálogos inteligentes y con un poso humorístico, espléndidas interpretaciones de todo el reparto, especialmente de una estupenda Gemma Arterton, como la aguerrida protagonista, y un divertido Bill Nighy, en el papel de un orgulloso actor veterano; y una maravillosa recreación del tiempo y el lugar donde transcurre la acción.
Quizá lo más divertido de esta cuidada cinta sea la forma que muestra cómo gran parte de las películas basadas en hechos reales traicionan la fidelidad de los sucesos en la que se inspiran para ofrecer un producto entretenido y sin los habituales tiempos muertos que pueblan nuestra cotidianidad.
El resto del filme no oculta su intención de recuperar el espíritu de cierto cine clásico. Quizá se le pueda reprochar que el largometraje caiga en algunas reiteraciones innecesarias, incluya una prescindible trama secundaria de amor maduro, contenga un giro final un tanto forzado y no pretenda romper con nada, aunque ofrezca a cambio una historia central que se sigue con interés y una serie de personajes que se ganan el cariño del espectador.