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Paco Plaza demuestra su capacidad para el cine de terror con este ejercicio que pese a visitar lugares comunes del género sorprende por su honestidad y la calidad del reparto.
Allá por 2007 dos amigos, Jaume Balagueró y Paco Plaza, afrontaban el reto de estrenar la primera película española de terror con los infectados-zombies como principal reclamo y rodando con cámara en mano, como falso programa en directo. El resultado fue un gran éxito de público y crítica que, aún hoy en día, sigue causando verdadero terror convertida en película de culto. Hablamos de REC (2007), que tuvo tres secuelas que por desgracia no alcanzaron la calidad de la original.
Hoy después de algún traspiés, llámese REC 3. Génesis, y una más que grata experiencia en la pequeña pantalla con algún episodio de la excelente serie El Ministerio del tiempo, Paco Plaza presenta en cines su nueva película, Verónica, y lo hace reivindicando su valía como uno de los grandes directores de género en nuestro país.
Verónica está inspirada en unos hechos reales acaecidos en el madrileño barrio de Vallecas en 1991. Nuestra protagonista, una adolescente que da nombre a la cinta, tras hacer una ouija con otras dos amigas, es asediada por aterradoras presencias de origen sobrenatural que amenazan con hacer daño a su familia.
Estos hechos reales, denominados Expediente Vallecas, todavía no cuentan con una explicación lógica o científica, y se convirtieron en uno de los episodios más relevantes de la historia de la parapsicología en España. Una historia que se saldó con la sorprendente combustión espontánea del retrato de la niña protagonista, situado en el altar que su madre tenía preparado para honrar su memoria.
Volviendo a la película, en Verónica hay dos factores que sorprenden sobremanera y son fundamentales para entender el gran resultado final.
Uno la soberbia ambientación, y más si tenemos en cuenta que no abandonamos en ningún momento el barrio de Vallecas y la dificultad que supone este hecho y dos que la banda sonora la pone una de las bandas de música de más éxito de la década de los 90, Los Héroes del Silencio.
Era difícil imaginar, antes de la obra de Plaza, que una película española ambientada en el barrio de Vallecas en los 90 con banda sonora de Héroes del Silencio lograra la atmósfera de terror y angustia que nos propone y consigue Verónica.
Paco Plaza demuestra su capacidad para el cine de terror con este ejercicio que pese a visitar lugares comunes del género sorprende por su honestidad y la calidad del reparto. En el mismo tanto su protagonista, notable interpretación la de la joven Sandra Escacena, como sus hermanos menores, a los que dan vida Bruna González, Claudia Placer e Iván Chavero, demuestran una valía para la interpretación que seguramente les llevará en el futuro mucho más allá de esta magistral obra.
Bajo la apariencia de una película de lo más comercial, Verónica esconde un ejercicio de especialista capaz de jugar e intimidarnos con nuestros miedos más primarios, la oscuridad, la soledad, la amenaza hacia nuestros seres más queridos y el miedo a crecer representado con esa mancha roja en las sábanas impregnada de simbología.