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Martin McDonagh nos acerca a nuestras carteleras una verdadera joya de esas que no pasan inadvertida.
No es descabellado pensar que Tres anuncios en las afueras será parte de las nominadas a los Oscars y más tras dar la sorpresa en los Globos de Oro. Al menos su actriz principal Frances McDormand que deja sin aliento a quien la disfruta al otro lado de la gran pantalla.
Intentando ponerse en la piel de la protagonista, una mujer que ha perdido lo más importante de su vida; a su hija, y no de cualquier manera si no de forma violenta, y que los que tienen que investigar no lo hacen a ojos de una madre ¿qué haríamos unos padres en su lugar?
Muchos son los casos de padres corajes que han perdido a sus hijos en circunstancias muy violentas, aquí en nuestro país y han removido cielo y tierra para que los asesinos pasaran el máximo de años en prisión.
Mildred Hayes es otra de esas madres coraje que ve como la policía de su localidad no hace lo suficiente para esclarecer el asesinato de su hija y decide contratar unos carteles publicitarios a las afueras de Ebbing, en Misuri, unas frases que remuevan las conciencias de la policía y que sirva de acicate para que investiguen el caso.
Estos anuncios en un principio sin repercusión aparente remueven no solo las conciencias y ponen en evidencia la incompetencia de los policías sino también de mucha más gente que no lo ve con muy buenos ojos por lo que provocarán sucesos encadenados de gran relevancia.
No estamos ante un largometraje dramático y deprimente aunque pueda parecerlo, Martin saca su destreza a pasear y nos muestra un cine de humor e ironía dentro de la tragedia. Desde la primera escena adornada con un tema operístico te das cuenta que estás ante algo que te va atrapar. Los personajes están todos tocados por la desgracia, el espectador capta de inmediato el matiz, sabe que ante sí hay personas que tienen sus razones de peso para actuar como actúan y le costará juzgarlos.
Tres anuncios a las afueras es deslumbrante y delirante de principio a fin, es muy dinámica, sin descansos. Tiene un guión talentoso e inteligente, recordando a los hermanos Cohen o la serie Tin Star. Frances McDormand desde luego que sonará en todas las quinielas optando a cualquier premio al que se presente con este trabajo, es el ochenta por ciento de la película y llega a enamorar a pesar de ese carácter agrio que la vida le ha forjado.
Es la película que recomendarán todos los que se acerquen al cine y la elijan, todos querrán que su cuñado la vea para poder hablar de algo interesante el domingo en la comida con la suegra. El reparto tampoco defrauda, Woody Harrelson en el papel de Jefe de policía también hace que la sala empatice o Sam Rockwell que le toca el papel de policía atormentado y quizás el que lleve el peor peso de la trama pero consigue que el público se rinda con su trabajo interpretativo sólido.
Destacar de manera importante la banda sonora, algo a tener en cuenta porque está muy bien medida en todas las escenas en las que aparece, consigue lo que se busca en el cine; emocionar.
Martin McDonagh cautiva con este trabajo imprescindible no perdérselo porque es a todas luces la película del año.