domingo , octubre 13 2024

Crítica de Custodia compartida. En el nombre del padre

Puntuación:

Notable drama sobre los malos tratos y la manipulación que ejerce un padre sobre sus hijos y su ex pareja.

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La violencia machista es un asunto recurrente en muchas películas, largometrajes para la pequeña pantalla y series de televisión. Sin embargo, muchas veces se cae en lugares comunes que convierten estas bienintencionadas narraciones visuales a en productos poco interesantes desde el punto el vista artístico.

Crítica de Custodia compartida

Crítica de Custodia compartida

Custodia compartida, la ópera prima de Xavier Legrand, logra destacarse del conjunto por la habilidad de su director y guionista para crear tensión, desentenderse de la obviedad y dirigir a un grupo de actores en estado de gracia.

El filme es una particular secuela del corto Avant que de tout pendre, la historia de una madre que, en compañía de sus dos hijos, intenta alejarse de un marido que la acosa. Con gran parte del reparto de aquella pequeña cinta, el realizador francés nos muestra qué ocurre cuando la pareja, ya separada, tiene que hacer frente al espinoso asunto del tiempo que cada uno de ellos pasa con sus respectivos vástagos.

La película documenta muy bien cómo el progenitor masculino utiliza esos momentos que comparte con su hijo para manipularle y malmeterle en todo momento contra su madre. Este interesante debut hace hincapié más en la violencia psicológica que en la física, aunque tampoco esté ausente, y prefiere dar pocas explicaciones las razones que han llevado a la separación de la pareja. Por otra parte, el realizador logra sumir al espectador en un estado de constante malestar ante el imprevisible comportamiento de un hombre dispuesto a convertir la vida de su familia en un verdadero horror.

Legrand no alude nunca a efectismos baratos ni acude al registro más lacrimógeno. El gran efecto especial se encuentra, además de en el adecuado tratamiento, en una espléndida dirección de actores, donde destacan una sobria Léa Drucker, en el papel de la sufrida madre, y un maravilloso Denis Menochet, como ese protagonista masculino que atormenta a los que dice amar.

Quizá el único punto débil de Custodia compartida lo encontremos en el personaje de la hija mayor, una adolescente que se encuentra un tanto perdida y busca consuelo desesperado en su novio. El espectador puede tener la sensación que su rol se encuentra apenas esbozado y aporta poco al conjunto. No obstante, es un pequeñísimo inconveniente de una película notable que pone de manifiesto que ningún tema está agotado si se sabe cómo abordarlo.

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