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Lo mejor que contienen la tercera parte del hotel Transilvania es la empatía que crea con el espectador sin necesidad de grandes alardes. Ya conocemos a los personajes, ahora es cambiar el escenario, la trama, los enredos, meterlos en la coctelera y que la mezcla resulte refrescante.
Las sagas infantiles se nos implantan en varias épocas del año las navideñas y las veraniegas, ahora nos toca una que va acorde con la temporada que tenemos Hotel Transilvania 3: Unas vacaciones monstruosas, donde los monstruos de los más pequeños de la casa se nos embarcarán en un crucero de placer de la mano del director Genndy Tartakovsky que además en esta ocasión también es co-autor del guion.
Toda la familia de Drac y los que les rodean se toman unas vacaciones, dejando su lugar de trabajo, buscando el descanso en otro hotel, pero en esta ocasión su hija Mavis decide que lo mejor para desconectar del todo es irse de Crucero y no pensar para nada en el trabajo. Ahora se quitarán sus ropas y lucirán sus cuerpos con prendas floridas a la luz de la luna mientras que Drac conoce a la enigmática capitana Ericka, y todo cambiará por completo, para él, para su hija, su yerno y el resto de viajeros.
Lo mejor que contienen la tercera parte del hotel Transilvania es la empatía que crea con el espectador sin necesidad de grandes alardes. Ya conocemos a los personajes, ahora es cambiar el escenario, la trama, los enredos, meterlos en la coctelera y que la mezcla resulte refrescante.
En todo el metraje de Hotel Transilvania 3: Unas vacaciones monstruosas nos inunda de referencias a otras películas tanto infantiles como de adolescentes, creando una creatividad en el propio protagonista del recuerdo, de fomentar la cultura de dentro a fuera, desde el escenario de la película hasta después de la proyección, ya que uno recuerdo esos gags que nos muestran con gran simpatía.
Hotel Transilvania 3 es dinámica compuesta por divertidas secuencias, con gran naturalidad e insertada con gran destreza con la música que hará gozar a todos los públicos, padres e hijos, pues las referencias son clásicas, melodías por todos conocidas.
Uno de los éxitos de la película y de su guion es conseguir que un preadolescente de 12 años salga entusiasmado de la sala, que recuerde las dos películas anteriores con cariño, pero con esta haya disfrutado incluso habiendo pasados varios años desde la primera parte y sus gustos hayan cambiado.
Ya metidos en el guion, destacar los guiños y giros que hace al respeto de la tolerancia y a la cordialidad tanto en familia como en amistad. Buscando los valores, que aunque no sea algo a destacar en este tipo de películas puesto que es algo que siempre remarcan, lo realiza con destreza buscando la simplicidad de lo natural en todo.
Destacar el buen hacer del doblaje de todos los actores, siendo una lástima que tras terminar de ver la proyección y todos los títulos de crédito no existiera el listado con el nombre de todos ellos. Una ausencia que me llamo bastante la atención.
Pero pese a este pequeño desliz, Hotel Transilvania 3: Unas vacaciones monstruosas es una película a disfrutar este verano por toda la familia, que incita a las risas y a moverse al ritmo de la música en todo momento.