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Ainhoa: yo no soy esa posee esa fuerza en su relato que embauca desde el primer momento por la narrativa en off que tiene una gran carga emocional en todo su montaje.
Si ya tuvimos el placer de disfrutar de Ainhoa: yo no soy esa de Carolina Astudillo en la pasada edición de Documenta, ahora le toca el turno a la cinta de pasar por Alcances en su edición número 50.
Carolina Astudillo construye un relato desde la nostalgia y el recuerdo. Un guion que se dibuja y escribe a base de fotos, videos y notas, de recrear una vida que descubrió cual puzle en las fotografías y diarios que el hermano de la protagonista rescató, siendo una cinta que se montó a base de las particularidades y similitudes que encontró con ella misma.
Ainhoa: yo no soy esa posee esa fuerza en su relato que embauca desde el primer momento por la narrativa en off que tiene una gran carga emocional en todo su montaje, unas emociones que se sacan y montan a partir de las fotos y las propias líneas que la protagonista escribía en su diario, y quedaron totalmente escondidas tras su muerte.
Deja patente que la típica frase de no es oro todo lo que reluce, es tan verdad, como todo lo que escondía Ainhoa Mata Juanicotena en su interior durante sus años de vida. Nadie esperaba encontrar que tras su partida, tras su último adiós, sus letras contaran que todo lo que aparentaba era mera fachada, y que su sufrimiento interior era muy grande, aunque no lo dejara ver del todo.
Y aunque la directora busca lo que Ainhoa y ella tenían en común también lo extrapola a lo universal de los sentimientos, emociones y secretos de las personas, pero en concreto de las mujeres. Sobre todo la represión que años atrás pudieran tener la gente que tuviera más sensibilidad dentro del mundo de la cultura, busca notas, frases de escritoras famosas, de creadoras que sintieran lo mismo que la protagonista plasmara en sus notas, en sus más sinceros secretos, que salieron a la luz como legado de una familia que filmó y grabó toda su vida, pero que detrás de esas caras había mucho más que lo que el semblante podría contar.
En el comienzo de la película Ainhoa: yo no soy es, la directora Carolina Astudillo aprovecha para buscar semejanzas entre distintas sociedades, entre distintas dictaduras, y lo que ello podría haber repercutido en la formación profesional y personal de cada persona.